La crisis económica del país vecino asesta un nuevo golpe al maltrecho comercio exterior de Brasil
La crisis de Argentina, uno de los principales mercados de Brasil, ha sacudido al comercio exterior del gigante latinoamericano, que está en serios aprietos desde hace años. Las ventas brasileñas a su vecino del sur han caído desde enero un 66%, lo que significa una pérdida de unos 5.000 millones de dólares (5.250 millones de euros). Hasta 2000, Brasil exportaba a Argentina el 15% de sus ventas al exterior. Este año difícilmente llegará al 5%. Los sectores automotriz y electrónico son los más afectados.
Brasil arrastra desde hace ocho años un pronunciado desequilibrio en la balanza comercial que se refleja en un aumento de las importaciones del 156%, mientras que las exportaciones no han superado el 85%. 'Hay la sensación de que se ha cerrado un mercado importante para muchos sectores', subraya Luis Fernando Furlan, vicepresidente de la patronal de São Paulo Fiesp y presidente de Saida, una de las empresas líderes del sector agroindustrial brasileño. La crisis se siente en sectores y regiones específicas, especialmente en los Estados del sur y en el de São Paulo, de donde sale el 35% de las exportaciones.
Con diferencias de matiz, los cuatro principales candidatos presidenciales rechazan el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) en los términos que plantea la Administración de Bush. 'El 60% de los productos brasileños que entran en Estados Unidos tienen que pagar arancel. Estados Unidos tiene un discurso liberal y una práctica proteccionista. En estas condiciones no nos interesa el ALCA, mejor abrirnos más hacia el Mercosur, la Unión Europea, China, Irán', señala Guido Mantega, profesor de Planificación de la Fundación Getulio Vargas. Actualmente, el 25% de las exportaciones brasileñas van a Estados Unidos, el 26% a Europa, el 16% a América Latina (antes de la crisis argentina) y el resto están diversificadas por un conjunto de países.
Si la devaluación del peso argentino se ha dejado sentir en el comercio exterior brasileño, la suspensión de pagos de la deuda externa tuvo un impacto en la prima de riesgo, que experimentó una subida impresionante. A finales del año pasado, Luis Inácio, Lula, da Silva y su asesor económico acudieron a una reunión con la cúpula de Telefónica en Brasil. Tras varias horas de conversación, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) concluyó que el mayor interés de las grandes compañías extranjeras que han hecho inversiones en Brasil es tener un gran mercado de consumidores. Para ello, requieren una mejora del nivel de renta, según explica Mantega.
El vicepresidente de la patronal paulista subraya que la percepción de las empresas extranjeras es muy distinta en función del tiempo que llevan en Brasil. 'General Motors lleva 50 años en el país y ha visto situaciones de todos los colores. No es el caso, por ejemplo, de Honda, que se instaló en Brasil hace cuatro años'. El empresario dice convencido que Brasil tiene una gran competitividad en muchas áreas y que no ve signos de preocupación en las empresas españolas como Telefónica, de la que es consejero, o los bancos como BBVA y SCH, que en noviembre de 2000 adquirió el Banespa.
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