_
_
_
_

Una de cada cuatro calles supera el nivel de ruido tolerable

El Consistorio ha hecho el Mapa Acústico tras los datos obtenidos con 4.395 micrófonos.- La calle de Alcalá y la plaza de Castilla, entre los puntos que soportan mayor nivel de ruido

Una de cada cuatro calles residenciales de la capital soporta más de 65 decibelios de ruido, límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ésta es una de las conclusiones a las que ha llegado el Mapa Acústico, un informe que el Ayuntamiento ha realizado durante dos años para conocer los niveles de ruido de la capital, donde hay unas 10.000 calles. Aquellas con mucho tráfico, como Alcalá o el paseo de la Castellana, los alrededores de los intercambiadores o los límites de las autovías M-30 y M-40, son algunas donde los vecinos sufren más decibelios.

Los técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente han estado trabajando durante dos años y medio en la elaboración del Mapa Acústico de la capital, una radiografía que pretende conocer 'la realidad acústica de la ciudad' y que ha costado casi 600.000 euros. Este informe ha tomado como referencia los límites acústicos (65 decibelios) que recomienda como máximo la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) para las zonas residenciales. Es decir, a partir de 65 decibelios, ambos organismos consideran que se trata de niveles altos de ruido.

Los técnicos municipales han medido, a través de 4.395 micrófonos, otros tantos puntos de todo el término municipal durante 32.879 horas del día y la noche. Además, han diferenciado entre el área residencial (el 76,20% del suelo de la capital) y el área industrial y dotacional. Para este último, los organismos internacionales no tienen establecido ningún límite de nivel de ruido.

El Ayuntamiento ha llegado a la conclusión de que el 28,21% de las calles residenciales (una de cada cuatro, aproximadamente) supera esos 65 decibelios. Ese porcentaje asciende hasta el 69% si se tienen en cuenta todas las calles de la capital, las residenciales y las que sólo tienen oficinas, zonas de ocio, comercios o industrias.

M-30 y M-40

Las zonas que mayor nivel acústico soportan son las calles con mucho tráfico (Alcalá, Serrano, paseo de la Castellana, María de Molina, Santa María de la Cabeza...) y los alrededores de las estaciones de Atocha y de Chamartín y de intercambiadores como el de la plaza de Castilla. Otros puntos ruidosos, según el Mapa Acústico, son los límites de las autovías M-30 y M-40, los nudos donde confluyen varias vías (como el nudo norte) y los límites del aeropuerto de Barajas. El tráfico es el mayor generador de ruido en las calles de la capital.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En los límites acústicos que soportan algunas calles hay que tener en cuenta dos tipos de ruido: el que deriva de una determinada actividad que se realiza en el exterior (por ejemplo, un centro comercial) y el de la propia calle (el ruido de los coches, la gente...).

'Todavía tenemos un nivel alto de ruido, pero desde 1986, año que en se hizo el anterior mapa acústico, los niveles se han reducido mucho. Por ejemplo, el número de puntos de la capital que en 1986 tenían entre 80 y 85 decibelios se han reducido a la mitad. Esto se nota, sobre todo, en el distrito Centro, donde el nivel acústico está disminuyendo desde hace unos años gracias a que los coches de ahora hacen menos ruido que los de antes y a que hay menos adoquín en las calzadas', explicó ayer el concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri. Para este edil, el Mapa Acústico es 'un informe valiente y necesario para conocer las necesidades acústicas de la ciudad'. 'Es como quien tiene un dolor de cabeza y se hace un chequeo para saber qué le ocurre exactamente', ilustró.'Hay que tener en cuenta, a la hora de valorar que en algunas zonas hay más de 65 decibelios, que la gente no está todo el día en la calle, sino que también está en su casa. Además, en lugares muy frecuentados, como una cafetería, se superan también esos 65 decibelios', añadió Plácido Perera, director de Servicios de Calidad Ambiental del Ayuntamiento. 'Entre todos, y no sólo el Ayuntamiento, debemos mejorar el ruido de la capital. A veces bastaría con que la gente bajase el volumen de la radio cuando va en el automóvil o que no acelerase tanto con el coche cuando sale de un semáforo', agregó Perera.

El Mapa Acústico, que será exigido en el futuro a todas las ciudades europeas por una normativa de la UE que está en proyecto, será actualizado al día. 'La actualización se hará a través de las 28 estaciones de medición de ruido que tenemos y 16 laboratorios móviles que irán por la ciudad cuando sea necesario', explicó García-Loygorri.

Actuar en los distritos

Este Mapa Acústico servirá, además, para actuar específicamente en los distritos que mayor ruido soportan. 'Una vez que declaremos una zona como área de sensibilidad ambiental, como hemos hecho en Centro, podremos empezar a actuar, por ejemplo, con subvenciones para el aislamiento de las viviendas', afirmó el concejal.

El edil adelantó que los distritos de Salamanca y de Chamberí podrían verse beneficiados por estas medidas. 'Hay otros lugares que generan ruido, pero que no son competencia nuestra, como el aeropuerto de Barajas, aunque seguimos muy de cerca las actuaciones que realizan Aena y el Ministerio de Fomento', agregó García-Loygorri.

El concejal considera que Madrid no es de las ciudades españolas y europeas que más ruido soportan, algo que no comparten ni PSOE ni IU, que consideran que el nivel de ruido de la capital, sobre todo por el tráfico y las obras, está llegando a 'límites insoportables'.

El Ayuntamiento adopta medidas, algunas con más éxito que otras, para reducir el nivel de ruido de la ciudad. Desde 1969, el Consistorio sanciona a los conductores de vehículos demasiado ruidosos, por ejemplo, por haber perdido, o bien porque sus dueños lo han quitado a propósito, el tubo de escape. Las sanciones pueden ser económicas o de inmovilización del vehículo hasta que su propietario no corrija el elemento que genera el ruido. Además, el Plan Estratégico de Reducción de la Contaminación Acústica también intenta actuar contra este molesto fenómeno.

Desde hace cuatro años, en los pliegos de condiciones de los concursos municipales (para los autobuses de la EMT, los camiones de la basura...) se exige a las empresas que indiquen el ruido que generan los vehículos que ofrecen para realizar el servicio. 'Aparte de estas medidas, los vehículos municipales son revisados regularmente en el Centro Municipal de Acústica', concluye García-Loygorri.

Ventanas insonorizadas

El tráfico, las obras, los bares, las discotecas y también el botellón [consumo de alcohol en la calle] han convertido al distrito Centro (136.000 habitantes) en uno de los más ruidosos de la capital. El barrio de Maravillas, el de Chueca y el entorno de Huertas son las zonas más afectadas por la contaminación acústica. Hace unos días, los vecinos de Huertas presentaron una denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente porque consideran que la peatonalización de la zona que va a llevar a cabo el Ayuntamiento traerá todavía más bares, más terrazas y más botellón a la zona. Y, por tanto, más ruido. Para intentar paliar el problema, el área de Medio Ambiente anunció el pasado enero que sufragaría hasta el 70% de la insonorización de ventanas y balcones de las calles más afectadas. En las zonas con menos ruido, la ayuda alcanza el 50%. En total, las viviendas que pueden ser insonorizadas son casi 3.000. En la zona de mayor impacto acústico, el Consistorio ha anunciado que no va a conceder, además, ninguna licencia nueva para restaurantes o cafeterías y obliga a aquellos existentes a extremar la insonorización.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_