Las aulas de la esperanza
Una palestina y un israelí trabajan por la paz a través de la educación
Cuando era una adolescente, Hala Tawil vivía en los territorios ocupados palestinos y tiraba piedras a sus enemigos: el Ejército israelí. Años más tarde le tocó sentarse en clase junto a varios de esos soldados en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. 'Tú nos lanzabas piedras, pero nosotros te disparábamos', le espetaron ellos. Con el tiempo se hicieron amigos y Tawil, cuñada del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, e hija de la concocida activista Raymonda Tawil, pensó que casi todos los obstáculos para lograr la paz en Oriente Próximo son superables si se conoce al enemigo.
Junto a Ron Rubin, israelí y doctor en Física por Harvard, Tawil decidió en 1996 poner en marcha la Universidad de Oriente Próximo (UME, en sus siglas en inglés), un ambicioso proyecto que pretende llevar la paz a la zona a través de la educación. 'Nos dimos cuenta de que lo importante era que la gente se conociera, que estudiaran juntos durante semanas, y juntos abordaran sus problemas, y a su vuelta aplicaran las soluciones en sus países', explica Tawil, que todavía no se cree que su sueño sea una realidad.
España podría ser la sede de la Universidad de Oriente Medio. Toledo albergará este verano los cursos.
La idea nació en un destartalado restaurante indio en Boston, donde se reunían Rubin, Taweel y otros universitarios preocupados por la situación en Oriente Próximo. Después de seis meses eran tantos que el local no daba abasto. La idea de crear una universidad de Oriente Próximo llegó a oídos del embajador de Marruecos en la ONU, que se interesó por el proyecto, y pronto captó la atención de los intelectuales de Boston, de diplomáticos y de gobiernos. La Universidad de Oriente Próximo había nacido.
Hasta el momento, la UME ha enseñado pedagogía, política pública, desarrollo sostenible y salud infantil a profesores y alumnos -la mayoría de ellos becados- de Argelia, Egipto, Líbano, Kuwait, Israel, Jordania, Marruecos, los territorios palestinos, Arabia Saudí, Sudán, Siria, Túnez y Qatar, de la mano de prestigiosos profesores de Oriente Próximo, el norte de África, Europa y EE UU, en cursos de varias semanas celebrados en Marruecos y en Boston. La próxima cita es Toledo, que en junio y julio albergará el curso para profesores y ONG de Oriente Próximo y del norte de África sobre la sociedad civil, la gestión pública y la democratización de sus países.
Pero la UME sigue creciendo y la idea de sus promotores es construir un campus permanente. España es uno de los países candidatos a albergar la futura sede de la universidad. 'Queremos acercarnos físicamente a Oriente Próximo. Por el momento la situación política no nos los permite, y España es lo más cercano a la zona dentro de Europa. Es además un país en el que coexistieron las tres culturas , y es la frontera entre Oriente y Occidente', asegura Rubin, quien no deja de agradecer el apoyo que Diego Hidalgo, presidente de la Fundación para las Relaciones Internacionales y Diálogo Interior, ha brindado al proyecto en España.
Todo parece demasiado bonito para ser cierto en este proyecto, al que apoyan Israel y la Autoridad Palestina. Tawil y Rubin esperan que sirva de inspiración para las escuelas de Oriente Próximo. 'En Israel y en Palestina la religión domina la enseñanza, y lo que menos se fomenta son valores como la tolerancia o el reconocimento del otro', asegura Rubin. Un otro que ni siquiera figura en los libros de texto escolares. 'En los mapas de las escuelas palestinas no aparece Israel, y en las israelíes Palestina aparece como una mancha negra en el mapa', añade Tawil.
'Como palestina, me doy cuenta de lo fácil que es odiar a alguien, sobre todo cuando están destruyendo lo que te rodea. Antes sentía odio sólo con escuchar hablar en hebreo; ahora me doy cuenta de que tenemos mucho en común y de que detrás del uniforme hay gente maravillosa'. Las palabras de Tawil reflejan el espíritu de la UME, donde las clases teóricas son importantes, pero no tanto. Lo importante es conseguir que estudiantes de ambos bandos se conozcan, se hagan amigos y que su amistad tenga un efecto multiplicador.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.