El asesinato de una mujer por su esposo eleva los homicidios a 28 este año
La víctima había denunciado a su marido dos veces por malos tratos
Carlos Serrano Martín, un jubilado de 62 años, mató ayer de un sartenazo en la cabeza a su esposa, Victoria Vázquez Yagüe, de 57, en la localidad de Alcalá de Henares. Tras cometer el parricidio, Serrano se entregó en el cuartel de la Guardia Civil, que dista unos 200 metros de su domicilio. La víctima, que intentó defenderse en el transcurso de una discusión, había denunciado en 1993 dos veces que su marido la maltrataba.
Serrano acudió al cuartel de la Guardia Civil sobre las 15.00 y nada más entrar dijo a los agentes que estaban de servicio que acababa de asesinar a su esposa. Los guardias avisaron a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de la localidad y se dirigieron al domicilio del matrimonio, el piso tercero C del número 1 de la calle de Braulio Vivas, en Alcalá de Henares. Cuando entraron los investigadores, se encontraron a la mujer tirada en el suelo de la cocina, boca abajo y con un fuerte golpe en la cabeza que le produjo la muerte en el acto. Junto a ella había una sartén con restos de sangre.
Los facultativos de una UVI móvil del Servicio de Emergencias y Rescate de la Comunidad de Madrid (Sercam) certificaron el fallecimiento de la mujer. Ésta también presentaba un corte profundo en el cuello, que no fue, según fuentes de la investigación, la causa de su muerte. Además, durante la discusión, ella intentó defenderse de su agresor, como demostraban las heridas por arma blanca que tenía en las manos.
Según una portavoz de la Jefatura Superior de Policía, Serrano amenazó con un cuchillo de cocina a su esposa y ésta intentó defenderse. Victoria Vázquez se dio la vuelta y su esposo aprovechó este momento para matarla de un sartenazo. 'Durante la comida no hemos oído nada extraño, pero sí es cierto que había discusiones frecuentes en esa casa. El matrimonio no se debía de llevar muy bien', explicó un vecino.
Los agentes llevaron al homicida confeso a un centro de salud, porque también tenía heridas en las manos. Después, Serrano se negó a declarar en comisaría y solicitó hacerlo ante el juez encargado de instruir el caso. Mientras, el cadáver de su esposa fue trasladado al tanatorio Ciudad Jardín de la localidad, donde hoy se le practicará la autopsia.
Una portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid explicó ayer que los médicos habían diagnosticado al marido una trombosis cerebral, para la que le recetaron medicamentos. En 1993, la mujer, aconsejada por los médicos de su esposo, le denunció en dos ocasiones por amenazas y por abandono de hogar. Los médicos pretendían así, según la policía, que Serrano fuera ingresado en un psiquiátrico y se viese obligado a tomar sus medicinas.
Temporada fuera de casa
'Hubo una temporada que él estuvo fuera de casa, porque la relación entre ambos era imposible. Se marchó a vivir a un piso que tenían en el paseo de las Caballerías [en el centro de Alcalá]. Luego, él regresó al domicilio y parecía que todo iba muy bien. Nadie se esperaba lo que ha pasado hoy [por ayer]', contó Juan, un amigo del matrimonio.
'Los problemas vinieron muchas veces porque él se gastaba mucho dinero en invitar a los amigos y en estar mucho tiempo fuera de casa, sin dar explicaciones de dónde estaba. Ha tenido rachas de no venir a dormir a casa durante días', añadió este alcalaíno. Ella, por el contrario, hacía turnos extras en la clínica Moncloa, donde trabajaba de limpiadora, para poder pagar así el piso al que se fueron a vivir hace cuatro años y medio. El matrimonio solía acudir a mediodía al centro de jubilados Gil de Andrade, situado frente a su casa y del que ambos eran socios.
La enfermedad de Serrano le permitió jubilarse anticipadamente y cerrar el bar que tenía abierto en Alcalá. Su esposa trabajaba por las noches en la clínica Moncloa, de Madrid. El matrimonio tenía un hijo y una hija: el mayor está casado y es guardia civil; la hija, que aún vivía con sus padres, está empleada en una gran superficie de la localidad dedicada a la venta de material de bricolaje, según los vecinos.
Éste es el segundo caso de violencia doméstica que se registra en la región desde principios de año. El anterior se produjo el 11 de marzo en una pensión ilegal del número 14 de la calle del Desengaño (distrito de Centro), cuando la ecuatoriana Blanca Avilés, de 28 años, murió después de que su compañero sentimental, Milton V., de 36, la degollara. La mujer se desangró mientras el presunto homicida se entregaba a la policía sin ofrecer resistencia.
La muerte de Victoria Vázquez eleva a 28 los homicidios registrados en la región en lo que va de año. En el mismo periodo del año pasado fueron 32 los asesinatos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.