Solana dice que para vencer al terrorismo hay que cambiar el mundo

La actual situación internacional, focalizada en la lucha antiterroristas desde el pasado 11 de septiembre, 'tiene mucho que ver con un mundo injusto, que no acaba de estabilizarse tras la caída del muro de Berlín', manifestó ayer Javier Solana. El Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea sostuvo también que 'el aparato militar no puede estar en el centro de la batalla' contra el terrorismo, consideró más esencial que los Estados pongan en común la información confidencial que tengan sobre el fenómeno, y valoró como 'muy importante que se tome conciencia de que el mundo tiene que cambiar'.

Los países más desarrollados, dijo Solana en un seminario sobre La amenaza del siglo XXI, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos, tienen que ponerse a la cabeza de ese proceso encaminado a 'hacer frente a los yacimientos de odio'. 'Mientras haya yacimientos de odio habrá caldo de cultivo para el terrorismo', dijo.

El responsable de la PESC comunitaria afirmó que, si el mundo ha cambiado desde el 11-S, es 'porque ha cambiado EE UU', ya que Europa convive con el terrorismo desde antiguo, y explicó así las tensiones registradas últimamente entre las dos orillas del Atlántico: 'Por primera vez, Europa siente que, desde Lisboa a Moscú, no hay posibilidad alguna de guerra. Es una sensación de seguridad sin precedentes, y esto ocurre precisamente cuando EE UU, por primera vez, tiene el sentimiento contrario'. De ahí que los norteamericanos califiquen literalmente de guerra a una 'batalla que para los europeos sólo lo es en el sentido en que se habla de guerra contra la pobreza, por ejemplo'.

Para acortar distancias, Sola recomendó a los europeos que se tomen en serio la amenaza de las armas de destrucción masiva. Los estadounidenses tendrían que aprender, en cambio, del sentido de cooperación de la UE, primera donante de ayuda al desarrollo del mundo, e incluso de su disposición a abrir mercados. Es EE UU, vino a decir Solana, el que ha traicionado el espíritu de Doha con su nueva ley de subsidios agrarios.