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El jefe del servicio secreto dice que ETA obtiene armas en los Balcanes

El director del CNI cree que la ilegalización de Batasuna será positiva

Miguel González

'No hay terrorismo nacional que sobreviva sin apoyos internacionales'. Para ilustrar esta afirmación, el director general del nuevo servicio secreto CNI (Centro Nacional de Inteligencia), Jorge Dezcallar, explicó ayer que ETA se aprovisiona de armas a través de redes mafiosas en los Balcanes y ha mantenido relaciones con otros grupos terroristas, como el IRA irlandés, aunque no con islamistas radicales, debido a su desconfianza mutua.

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En su primera intervención en un foro público desde que se hizo cargo del servicio de espionaje, hace ya un año, Jorge Dezcallar definió el terrorismo de ETA como una 'úlcera sangrante'. Al contrario que un cáncer, explicó, hace sufrir a la democracia española, pero no puede matarla.

Según su máximo responsable, el CNI mantiene relaciones de colaboración con servicios homólogos de México, Uruguay o 'más recientemente' Venezuela -que por vez primera ha entregado un etarra a España- y también con Cuba, 'aunque menos'.

Ello le ha permitido detectar el regreso a Francia de activistas ya retirados, como José María Zaldúa Korta, de 53 años. Con la reincorporación de estos veteranos, ETA pretende 'darle espesor al caldo' de sus comandos, en palabras de Dezcallar. Es decir, compensar 'el bajo nivel intelectual y la muy somera instrucción' de las últimas hornadas de terroristas, cuya instrucción en el manejo de las armas se limita a veces a dos o tres días en un piso.

Aunque evitó entrar en detalles, Dezcallar aseguró que la mayor presión de Francia ha provocado el alejamiento de algunos etarras de la frontera española e incluso su traslado a un tercer país europeo. Más cuateloso aún se mostró este diplomático de larga trayectoria cuando fue preguntado por las consecuencias de la próxima ilegalización de Batasuna. La primera, dijo, es que perderá el acceso a importantes fuentes de financiación. 'Pero habrá más consecuencias', agregó, 'y serán positivas, espero'.

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Dezcallar aprovechó su presencia en el Seminario Internacional de Defensa, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos, para divulgar la nueva etapa abierta en el servicio secreto con la entrada en vigor de la ley del CNI, sustituto del Cesid, y el nombramiento el pasado miércoles del juez que controlará sus actividades. 'Sólo hacemos lo que el Gobierno nos ordena hacer', dijo, tras subrayar que los objetivos del CNI se fijan anualmente en la Directiva de Inteligencia, aunque 'con flexibilidad' para atender imprevistos.

Ninguno de la magnitud de los atentados del 11 de septiembre, que 'han dejado obsoletos los modelos de prevención existentes' y han generalizado la sensación de vulnerabilidad. 'No se puede proteger todo durante todo el tiempo', advirtió. 'No hay medios y, si los hubiera, sería el Gran Hermano. Debemos evitar que la primera víctima del terrorismo sea la democracia'.

Aunque reconoció que la CIA y el FBI cometieron fallos, ya que no interpretaron correctamente datos que alertaban sobre la preparación de los atentados, evitó hacer 'leña del árbol caído' o pronósticos 'a toro pasado'.

En este momento, advirtió, el mayor riesgo es que un grupo fanático se haga con una bomba nuclear sucia (es decir, con un artefacto radioactivo) o con armas químicas o biológicas; lo que, en su opinión, 'no es difícil', pues hay países 'en derribo' con su tecnología a la venta.

En cambio, se mostró relativamente confiado en que España no será objetivo a corto plazo de atentados de extremistas islámicos. 'La única posibilidad', afirmó, 'es que encontrasen aquí más facilidades que en otros países europeos. Pero vamos a procurar que estén incómodos y sientan nuestro aliento en el cogote'.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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