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Artur Mas visita Cuba tras la negativa de Pujol durante años a viajar a la isla caribeña

Jordi Pujol se ha negado durante 22 años a poner los pies en la Cuba castrista. Las oportunidades de negocio que ofrece esta pequeña isla quizá son, para el presidente catalán, infinitamente menores que las de China, país que el presidente de la Generalitat gusta tanto de visitar, y con un régimen político más duro que el de La Habana. Ahora Pujol ha encargado a su conseller en cap, Artur Mas -con similar rango protocolario-, defender los intereses comerciales de Cataluña en Cuba. Hoy, jueves, Mas inicia una visita oficial de tres días a La Habana en la que estará acompañado por el líder de Unió y secretario general de la federación nacionalista, Josep Antoni Duran Lleida, sin ningún cargo en el Gobierno autónomo. El casal catalán de La Habana, oficialmente denominado Sociedad de Beneficencia de Naturales de Cataluña en La Habana, sufraga los costes del viaje de Duran.

Pujol siempre ha delegado en sus consejeros las misiones de representación en Cuba. Por la isla han aparecido ya el consejero de Industria y Turismo, Antoni Subirà, y el de presidencia, Xavier Trias, poco antes de las anteriores elecciones autonómicas y generales. No sólo el Gobierno catalán mantiene diversos programas de cooperación con el Ejecutivo de Fidel Castro, sino que varias decenas de empresas catalanas tienen intereses económicos y comerciales en el país caribeño desde que el régimen abrió la puerta a las inversiones extranjeras. Las exportaciones de Cataluña a Cuba representaron el pasado año más del 24% del total español. Mas viaja acompañado de una numerosa misión empresarial integrada por 25 personas. Compañías como Aguas de Barcelona, Terminal de Contenedores y el Banco de Sabadell, ya están instaladas en la isla. Otras, como La Caixa, están explorando las posibilidad de seguir el mismo camino.

La Generalitat ha programado esta visita en un contexto político más que favorable en Cuba, donde se mima a cualquier representación autonómica española que decide viajar oficialmente a la isla. Y así, mientras que las relaciones con el Ejecutivo de José María Aznar viven horas bajas -Fidel Castro, por ejemplo, no asistió a la cumbre de la Unión Europea y los países de Latinoamérica y el Caribe celebrada en Madrid-, el régimen castrista puede presumir de unas excelentes relaciones con los gobiernos autonómos, especialmente con los de Galicia y el País Vasco. Hace unas semanas el lehendakari, Juan José Ibarretxe, recibió un trato protocolario exquisito, con visitas guiadas por La Habana por el mismo vicepresidente y uno de los hombres fuertes del régimen, Carlos Lage.

Las bases empresariales catalanas en Cuba ya están sentadas. Pero el Gobierno catalán quiere ahondarlas. 'Cataluña se ha de situar en Cuba para el futuro, para cuando este país evolucione todavía más', declaró ayer el conseller en cap, 'y los contactos con el Gobierno serán para destacar este interés económico que tenemos', agregó.

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