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Crónica:Mundial 2002 | Grupo F
Crónica
Texto informativo con interpretación

La cerveza aún está caliente

Inglaterra acusa la falta de ritmo de Beckham y no pasa del empate ante Suecia

Ramon Besa

Hubo un gran chasco en Saitama. Aún cuando la tradición estaba en su contra, pues lleva 34 años sin ganarle un partido a Suecia, la perfumada Inglaterra de Beckham se presentó como un equipo descolorido, frágil y liviano, incapaz de administrar un gol de ventaja ante un rival febril e indesmayable y a cambio poco luminoso. Los suecos obligan siempre a los contrarios a un sobreesfuerzo físico que los ingleses no pudieron sostener.

Lastrado por las lesiones, el plantel de Eriksson se aflojó a la que a Beckham, falto de fondo y de ritmo, se le acabó la gasolina, y concedió el empate en una jugada que puso los pelos de punta por lo mal defendida que estuvo. Mills, un central reconvertido en lateral derecho por su rapidez, dudó a la hora de jugar con Seaman una pelota que tenía franca y después la rechazó mal, de manera frontal, al balcón del área, donde el veterano Alexandersson, uno de los siete titulares suecos que actúan entre la Premier League y la Liga escocesa, engatilló un remate al que el portero no pudo responder porque Ferdinand hizo de pantalla.

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El empate sirvió de coartada para que unos y otros intentaran justificarse por un partido farragoso y falto de luz, pese a un inicio prometedor. Beckham aceleró bien el juego, Owen tiró un par de desmarques y Ashley Cole era más un extremo que un lateral zurdo. El gobierno inglés encontró recompensa con un gol muy ortodoxo: Beckham botó un saque de esquina con su elegante diestra y el central Campell entró como un buey para cabecear a la red frente a un Hedman rodeado de centrales, espantado y tardón en la salida.

A Suecia pareció darle lo mismo. Tal que fuera un diesel, fue ganándose el campo palmo a palmo, sin perder nunca el sitio, con disciplina y oficio, e Inglaterra se descosió, para acabar jugando a rebufo del rival, agotada, con una alineación que expresó todas sus limitaciones, sobre todo en la medular. Eriksson montó un pastel en el medio campo, y a los jugadores les costó encontrar su puesto, sobre todo a Heskey, que juega más cómodo cerca del área por su condición de delantero.

La falta de pase inutilizó a Owen, del que no hubo prácticamente noticias, y obligó a Beckham a desgastarse hasta quedar fundido y ser sustituido. Hubo poco fútbol y demasiado contacto físico. Tampoco los jugadores más distinguidos de Suecia aparecieron demasiadas veces y dejaron el protagonismo a sus escuderos. Allback, por ejemplo, estuvo más activo que Larsson y Ljungberg. El esfuerzo colectivo les alcanzó para atrapar el empate y acariciar incluso el triunfo en un último remate de Larsson cuando Inglaterra ya había levantado la bandera blanca. Le sobró partido al grupo de Eriksson, que deberá recuperar la palabra ante el silencio que ayer ofreció su selección. Inofensivos sus jugadores en la cancha, los hinchas ingleses estuvieron también especialmente dóciles en la grada, intimidados quizá por un gran despliegue de seguridad y la falta de cerveza, cuyo consumo quedó limitado. 'Hay algo de cerveza, pero está caliente', exclamó un aficionado. Una afirmación que de forma metafórica se podía aplicar muy bien a su equipo y a Beckham en el que era su 50 partido con la selección y el primero tras una severa lesión que le obligó a proteger su pierna izquierda. Hay cerveza, pero cuanto menos habrá que ponerla a enfriar.

Owen: 'Ha sido un partido tan duro como frustrante'

David Beckham no tuvo un aniversario nada feliz. En su partido número 50 con la selección inglesa, con la que ha marcado seis goles y acumulado una tarjeta roja y cinco amarillas, armó el tanto de su equipo, pero fue sustituido a falta de media hora para la conclusión. 'Me pareció que estaba fatigado', se justificó Eriksson, el técnico sueco que prepara a Inglaterra. 'Era la primera vez que jugaba en serio después de siete u ocho semanas recuperándose de su lesión en la pierna izquieda'. Y añadió: 'Beckham mejorará a lo largo del torneo'. Eriksson, al fin y al cabo, pareció más afectado por el error de Danny Mills en el gol encajado que por la actuación de Beckham. 'Tenemos fortaleza y experiencia para combatir equipos como Inglaterra con independencia de su alineación', respondió Lagerback, el seleccionador sueco. 'Hemos completado un buen encuentro y continuamos con nuestra racha -17 partidos sin perder- de buenos resultados'. Frente a las declaraciones contemplativas de los seleccionadores, apareció la voz crítica de Michael Owen, el jugador del Liverpool y la otra joya de Inglaterra. 'Ha sido duro y frustrante', exclamó el delantero. 'Hemos tenido oportunidades, pero no las hemos aprovechado. Estoy convencido, en cualquier caso, de que mejoraremos en el próximo encuentro'. El próximo rival de Inglaterra, sin embargo, es nada menos que Argentina, una selección que ganó a Nigeria en su estreno y que parte como una de las favoritas. 'Habrá que controlar el encuentro mucho mejor de lo que hicimos contra Suecia', concluyó Owen, del que todavía se recuerda su hermoso gol a los argentinos en el pasado Mundial de Francia-1998.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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