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Beckham-Simeone, segundo acto

Los dos jugadores se reencuentran hoy después de su incidente en el Mundial 98

Tanto los jugadores como los entrenadores de la selecciones de Argentina e Inglaterra han intentado toda la semana restarle importancia al famoso incidente entre Beckham y Simeone en el pasado Mundial de Francia 98. Pero la verdad es que cuando los jugadores salgan hoy al campo en Sapporo tanto Beckham, que fue expulsado en 1998, como Simeone, que provocó la expulsión, como los cientos —o miles— de millones que estarán viendo el partido en todo el mundo tendrán muy presente lo que ocurrió.

La versión del incidente que ofreció Simeone en una entrevista emitida dentro de un documental transmitido el mes pasado en Inglaterra fue la siguiente: "Le hice una entrada y los dos nos caímos. Mientras yo me levantaba él me dio una patada por detrás. Y me aproveché de eso. Y creo que cualquier persona se hubiera aprovechado de la misma manera. A veces te expulsan. A veces, no. Desafortunadamente para la selección inglesa perdieron un jugador…Y bueno, como digo, uno se aprovecha de las oportunidades que le vienen en la vida. Si no te aprovechas de ellas estás perdido". Una explicación muy parecida a la reacción que tuvo el brasileño Rivaldo después de forzar la expulsión del jugador turco Hakan Unsal.

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Pero Beckham dice no guardarle rencor a Simeone. En cierto modo parece que casi le agradece lo que le hizo. "De ninguna manera sería la persona que soy hoy, de ninguna manera sería tan fuerte, si no hubiera sido por aquel episodio", dijo ayer Beckham, que sufrió un calvario en Inglaterra durante más de un año tras la decisión del público, alentado por la prensa, que fue por causa de su estupidez que Inglaterra se quedara con 10 y que Argentina ganara el partido.

Beckham, de todos modos, no espera ninguna muestra de deportividad por parte de los jugadores argentinos: "Maradona ha dicho que son jugadores vivos. Que si pueden aprovecharse de alguna situación, siempre lo harán. Los ingleses no son tan vivos. Somos profesionales y no esperamos que nuestros jugadores hagan trampas".

Sven-Goran Eriksson, el entrenador sueco de la selección inglesa, parece ser consciente de que detrás de las palabras de Beckham, y de otros jugadores ingleses, sí existe un cierto ánimo vengativo. "Conozco la historia de estos enfrentamientos y he visto varios documentales interesantes. Éste es un clásico del fútbol, pero lo que pasó antes no interesa", dijo Eriksson. "Entrar al campo con deseos de victoria es positivo, pero salir pensando sólo en tomarse la revancha y con un sentimiento de odio es muy peligroso".

Marcelo Bielsa, el seleccionador argentino, reconoció, por su parte que, dada la historia entre las dos selecciones, "el juego de fricciones es una de las posibilidades, pero estoy seguro que tanto unos como otros haremos lo imposible para que no degenere".

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