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El presidente de Deutsche Telekom justifica su gestión entre abucheos

Más que la cita anual de la mayor empresa de telecomunicaciones de Europa con sus inversores, la junta general de accionistas de Deutsche Telekom (43% propiedad del Estado) parecía ayer un campeonato de lucha libre, con muchos de los 9.000 asistentes abucheando a Ron Sommer, presidente de la compañía. Mientras el directivo volvía a repetir su credo de que 'nada resulta rentable de la noche a la mañana', el portavoz de una asociación de pequeños accionistas manifestaba que las acciones de Deutsche Telekom, que siguen rondando los 12 euros (a años luz del máximo de 104 euros alcanzado en primavera pasada), sentenciaba que se trata de 'una inversión para masoquistas'.

Más de dos millones de alemanes poseen una acción de Deuts-che Telekom. La privatización parcial y la salida a Bolsa del ex monopolio de la telefonía, en 1996, de hecho, estuvo en el origen de un fenómeno de capitalismo popular en el que muchos ciudadanos de a pie, por vez primera, se familiarizaron con el mundo de la Bolsa. Han pasado seis años desde entonces, y dos desde que se desatara la fiebre de la nueva generación de telefonía móvil (UMTS), cuyos altos costes explican buena parte de la crisis financiera por la que atraviesan los gigantes europeos de las telecomunicaciones.

La amarga lección

Con las acciones por los suelos, y la amarga lección de que en la Bolsa todo lo que sube mucho puede bajar incluso más, había rabia, mucha rabia ayer entre los cerca de 9.000 accionistas que acudieron al polideportivo de Colonia en el que se había convocado la junta. 'Hemos invertido en un papel especulativo de alto riesgo', constató ayer otro representante de los pequeños accionistas.

Muy tenso, Ron Sommer intentó convencer de lo contrario a su auditorio: la puesta en marcha del UMTS está a la vuelta de la esquina (se comenzará a implantar en 2003, más tarde de lo previsto inicialmente), la compra de la operadora de telefonía móvil estadounidense VoiceStream (por cerca de 33.000 millones de euros) tiene sentido porque en Norteamérica los móviles aún no están muy extendidos, la compañía ha logrado expandir considerablemente sus ventas (18%, hasta los 48.300 millones de euros, el año pasado) y ha logrado asimismo estabilizar su negocio opera-tivo.

Todo ello, junto a un negocio diversificado que comprende tanto la telefonía móvil como la telefonía fija, el acceso a Internet y los servicios informáticos, según Sommer, justifica una montaña de deuda de 67.000 millones de euros y las fuertes pérdidas netas de la actualidad (1.800 millones de euros en el primer trimestre de este ejercicio). Una decisión resultó especialmente difícil de justificar ayer: el aumento del 89% en las remuneraciones percibidas por el consejo entre 2000 y 2001, hasta 17.400 millones de euros (sin planes de opciones).

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