Cuatro atracadores se llevan un millón de euros en joyas por el método del 'alunizaje'

La realidad superó ayer a la ficción. En tan sólo 30 segundos, una banda de cuatro atracadores logró hacerse con un botín de más de un millón de euros en joyas tras empotrar una furgoneta contra una de las joyerías de la cadena Gómez y Molina, situada en una céntrica calle de Marbella, frente a la casa de Jesús Gil. El vehículo, robado horas antes en la Cala de Mijas, superó un desnivel de varios metros de altura y arrancó de cuajo una puerta blindada de 100 kilos de peso, que se desplazó dos metros.

'Esto ha sido de película, literalmente el coche ha volado. Ha tenido que sortear una acera de dos metros y medio, cinco peldaños de escalera, un bordillo de entrada y la puerta. Contra eso qué se puede hacer', se lamentaba ayer el joyero Miguel Gómez tras el último atraco que ha sufrido una de sus joyerías, en esta ocasión por el método alunizaje.

Las numerosas medidas de seguridad puestas en marcha por el empresario no han servido para desanimar a los asaltantes que, desde hace una década, se ceban con los establecimientos de esta familia de joyeros, que sufre una media de dos a tres atracos anuales. 'Tenemos un guardia de seguridad las 24 horas, cámaras de vigilancia y cristales antibala. Lo único que nos queda poner ya es una metralleta, un tanque o un portaaviones', añade Gómez.

Los ladrones actuaron poco antes de las cinco de la madrugada. Una vez dentro del establecimiento, los cuatro individuos cubiertos con pasamontañas, con guantes en las manos y armados con mazas procedieron a desvalijar las 15 vitrinas situadas en el interior de la tienda, que exhibían en su mayoría piezas de la marca Carrera. La operación duró menos de 30 segundos. Los asaltantes sorprendieron al guardia de seguridad. 'No te muevas, vámonos', le espetaron.

El vigilante logró refugiarse en la cámara antiatracos, desde donde activó las alarmas y alertó a la policía, que llegó dos minutos después. Para entonces los ladrones habían logrado huir en dos vehículos marca Mercedes y BMW con el botín, que según unas primeras estimaciones superaría el millón de euros.

La policía puso inmediatamente en marcha el plan de cierre de la ciudad, aunque de momento no se han producido detenciones. Los agentes continúan investigando los hechos para localizar a los ladrones y recuperar las piezas robadas.

'Lo tenían todo preparado, aunque esperamos tener suerte y que podamos recuperar lo robado', dijo Miguel Gómez, que señaló que los ladrones lo tendrán difícil a la hora de colocar las joyas en el mercado. 'Están todas numeradas e identificadas', señaló. El empresario joyero reclama medidas políticas 'contundentes' para atajar los atracos que sufre el gremio, como 'el endurecimiento de las penas para los ladrones'.

La familia Gómez y Molina, que cuenta con varios establecimientos en la Costa del Sol, sufrió en agosto pasado, en tan sólo 15 días, otros dos atracos en tiendas de Marbella y Puerto Banús. En esta última, los asaltantes lograron huir con un botín de 500 millones de pesetas en joyas. Esto le ha llevado a plantearse incluso el cierre de sus negocios. 'Si viene una compañía financiera grande que quiere comprar esto, lo vendemos', dijo el empresario que es presidente de la asociación de joyeros de la Costa del Sol.

Desde que en 1968 fundaron su primera tienda, la cadena Gómez y Molina ha sufrido 40 atracos.