El avión siniestrado en Taiwan se rompió en el aire a 10.000 metros de altitud
Taiwan ordena que todos los Boeing 747-200 de sus aerolíneas permanezcan en tierra
Los investigadores que estudian el accidente de un avión de China Airlines que el pasado sábado se precipitó sobre el estrecho de Taiwan con 225 personas a bordo (209 pasajeros y 16 tripulantes) aseguraron ayer que el aparato se partió cuando se encontraba a unos 10.000 metros de altitud. China Airlines es la principla línea aérea de Taiwan.
'Los datos a nuestra disposición muestran que el aparato se dividió en cuatro partes, pero no podemos asegurar que se haya producido una explosión [a bordo]', dijo Rung Kai, director ejecutivo del Consejo de Seguridad Aeronáutica Nacional de Taiwan, que dirige las investigaciones del siniestro. El descubrimiento en Changhua, a una gran distancia del lugar del suceso, de trozos de documentos, revistas, fotos y relleno del fuselaje, que se sospecha que proceden del vuelo CI-611, podría indicar que se produjo una explosión en el aparato. Sin embargo, la mayoría de los más de ochenta cadáveres recuperados hasta ahora están enteros, aunque, según los forenses, se necesitarán pruebas de ADN para su reconocimiento.
La localización ayer de las dos cajas negras de la aeronave, a casi sesenta metros de profundidad, en las proximidades de las islas Pescadores, dieron a los investigadores esperanzas de averiguar lo ocurrido con el avión en un plazo corto de tiempo.
Las esperanzas de encontrar supervivientes son prácticamente nulas y, de hecho, varias compañías aseguradoras ya han comenzado a pagar indemnizaciones a los familiares de las víctimas.
Mientras, el Gobierno de Taiwan ordenó ayer el cese de las operaciones de los cuatro Boeing 747-200 restantes que posee China Airlines. Los cuatro aparatos de la compañía taiwanesa, que tienen entre 13 y 22 años de antigüedad y sólo se usan para vuelos de carga, no podrán reemprender su actividad hasta que hayan pasado una inspección, según informó el Ministerio de Transporte de la isla.
China Airlines ha sufrido seis accidentes graves en los últimos 12 años, en los que han muerto en torno a setecientas personas. En los últimos cuatro años, la compañía había emprendido una reestructuración para mejorar la seguridad de sus vuelos. El avión siniestrado el pasado sábado tenía más de 22 años e iba a ser retirado el mes próximo, tras ser vendido por 1,5 millones de dólares (unos 1,7 millones de euros) a una aerolínea tailandesa, según fuentes de la compañía.
Ayer se conoció que, inmediatamente después de que el avión desapareciera de la pantalla de radar, las autoridades taiwanesas contactaron de manera extraoficial con el Gobierno comunista chino de Pekín solicitando ayuda para localizar el aparato.
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