Economía confirma el segundo caso de 'vaca loca' en la región
La res, criada en El Boalo, fue vendida y sacrificada en Zamora
La Consejería de Economía e Innovación Tecnológica ha declarado oficialmente la presencia de un caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en una explotación ganadera del municipio de El Boalo, según la orden 2242/2002, que ayer publicó el Boletín Oficial de la Comunidad. La Consejería ha ordenado el aislamiento e inmovilización de todos los animales de la pequeña explotación (60 reses). Se trata del segundo caso de vaca loca que se detecta en la región después del registrado el pasado marzo en otra ganadería del municipio de Canencia.
La Dirección General de Agricultura de la Comunidad de Madrid ha inmovilizado las 60 reses que César González, un pequeño ganadero de 35 años, posee en su finca de El Boalo. La decisión se ha tomado en virtud del Real Decreto 3454/2000, de 22 de diciembre, por el que se establece y regula el programa de vigilancia y control de las encefalopatías espongiformes trasmisibles de los animales, tras detectar que una vaca de su propiedad estaba infectada por el mal de las vacas locas.
Se trata del segundo caso de encefalopatía espongiforme bovina detectado en la Comunidad de Madrid, tras el descubierto el pasado 5 de marzo. En esa ocasión se trataba de Endemoniada, una vaca de 9 años de la ganadería de Juan Francisco Domingo, de la localidad de Canencia. El ocurrido ahora eleva a 130 el total de los registrados en España desde que el 22 de noviembre de 2000 apareciera el primero en la localidad de Carballedo (Lugo).
La Consejería de Economía, a través de la Dirección General de Agricultura, no sólo ha decidido precintar la finca del pequeño ganadero e inmovilizar sus 60 reses (38 vacas y 22 chotos). Además, los técnicos de la consejería le han apercibido de que 'es muy posible que tenga que sacrificar a todos los ejemplares nacidos antes de 1995', según explicó ayer César González, temeroso de que esta resolución ponga fin a su negocio.
Aunque la Comunidad ha paralizado la finca de El Boalo, la enfermedad del animal no ha sido detectada en la región madrileña, sino en un matadero de la localidad de Fuentesaúco, en la provincia de Zamora, según explicaron a EL PAÍS fuentes de la Confederación de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG), en Castilla y León. Hasta allí llegó Candela, una res frisona de ocho años, que su criador y propietario, César González, había destinado a la producción de leche hasta que decidió venderla el pasado 3 de mayo. 'Llegó un ganadero de Segovia y me la compró junto con otra vaca y algunos chotos. Me dijo que iba para el mercado de Salamanca y con ese destino rellené la guía del animal. No sé nada de lo que pudo pasar después', relata González. Y agrega: 'Una vez vendido el animal, yo ya me desentiendo'.
Vendida en Zamora
Un portavoz de COAG confirmó que la vaca finalmente fue vendida a otro ganadero de Zamora y que fue en el matadero de Fuentesaúco donde se detectó la enfermedad de la res. Fue tras analizar los materiales específicos de riesgo (cerebro, columna vertebral y vísceras), en cumplimiento de la normativa vigente que exige realizar el test prion a todos los animales sacrificados cuya edad supere los 12 meses. Tras esta primera detección de la EEB, el material específico de riesgo de la vaca fue trasladado hasta el laboratorio de referencia de Zaragoza, que el pasado lunes confirmó la enfermedad del animal. Sin embargo, el ganadero reconoce que la vaca estaba enferma antes de venderla. 'Avisé al veterinario porque llevaba tiempo que no comía. Me dijo que era algo del estómago, y que posiblemente habría que operarla. Lo que menos me imaginaba es que tuviera la enfermedad', lamenta González.
El afectado refiere que desde hace 10 años alimenta sus reses con la misma marca de pienso y que nunca ha tenido problemas. 'Lo que sí debería hacerse es inventar algo para que los ganaderos podamos detectar la enfermedad antes', reclama.
Candela era una vaca de raza frisona. Había nacido en 1994 y se había criado en la ganadería de César González junto a su madre Cachorra y su hermana melliza Vocinglera. Su padre era un semental que el ganadero compró hace 15 años. Ayer, González pedía soluciones. 'No sé qué, pero hay que hacer algo. Tengo 35 años, y si tengo que sacrificar a todas las vacas me parten por la mitad'.
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