Soy un bicho
Señoras, señores. Soy un bicho. Como lo oyen. Así nos denominan, en el argot inmobiliario, los propietarios de las fincas ruinosas a los que vivimos o tenemos un negocio en ellas. ¿Cómo se deshace uno de estos propietarios de sus bichos? Declarándose en ruina económica y rescindiendo el contrato; ese es su insecticida. Así nos echan sin ningún tipo de indemnización o, con mucha suerte, con una irrisoria.
La mayoría de estas fincas están en Ciutat Vella y en el Raval; ese distrito barcelonés que hay tanto interés en limpiar, y me atrevo a pensar que con cierta complicidad del Ayuntamiento.
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