Cajamar demanda a los regantes de Sol y Arena por una deuda de 18 millones

La entidad financiera Cajamar ha presentado una demanda judicial para intentar recuperar los 18 millones de euros (3.000 millones de pesetas) que prestó a la comunidad de regantes Sol y Arena para acometer unas obras de regadío hace algo más de cinco años. La demanda interpuesta, de la que informaba ayer La Voz de Almería, se produce un mes después de que una sentencia judicial anulara los requerimientos de pago de regantes con Cajamar. Desde la entidad financiera no se ha producido ningún manifiesto o comunicado al respecto, aunque tampoco se ha desmentido la noticia. Sol y Arena ha salido al paso de esta acción -de la que asegura haberse enterado por el periódico- y ha advertido de que el hecho de que Cajamar recurra a la justicia para reclamar el cobro de la deuda 'no implica dar por sentado los resultados de la misma'.

El detonante de esta salida judicial al rifirrafe que regantes y Cajamar protagonizan desde hace cuatro años viene motivado por la sentencia que anulaba el requerimiento de pago realizado por el anterior presidente de los regantes, Pedro Mena, en 1998. Los requerimientos emitidos por aquella directiva ascendían a unas 400.000 pesetas por hectárea y, en aquel entonces, la Plataforma liderada por Juan Romero y quienes le apoyaban, interpusieron la demanda ante los tribunales.

La Plataforma siempre consideró que los créditos concedidos por Cajamar se realizaron de manera 'irregular' y sin contar con la autorización de la mayoría de los regantes, a los que Mena no consultó para pedir el dinero a la caja de ahorros.

Según el citado periódico, fuentes de Cajamar aseguran que si las acciones judiciales iniciadas el miércoles por la entidad financiera deparan en una orden de embargo de los bienes y derechos totales de la comunidad, las concesiones de agua de las que disfruta Sol y Arena pasarían a Cajamar 'sin que ello suponga en ningún caso dejar de prestar el servicio a los regantes'. La misma información hace hincapié en que si, como se presupone, sea la propia entidad la que finalmente se haga con la propiedad, 'estaría garantizado este servicio, sin cambios ostensibles para los agricultores'.

El presidente de la comunidad de regantes de Sol y Arena tildó de 'maliciosas' estas afirmaciones y advirtió de que 'los pleitos se saben cómo empiezan, pero no cómo acaban'. El directivo hizo esta presunción: 'Se nos ocurren otras formas de finalización del pleito. Por ejemplo, que se dictamine que Cajamar no lleva razón y sí la comunidad. Lo que conllevaría que no sólo no habría subastas, ni intervenciones judiciales, ni embargos, sino que además Cajamar debería devolver hasta la última peseta o euro cobrado indebidamente a la comunidad o los comuneros', zanjó Romero.