Aprender inglés

En mi trabajo empieza a ser imprescindible el inglés. Tomé la decisión de matricularme en uno de esos centros que prometen enseñarte en un tiempo récord. Me informé de los detalles y acabé apuntándome a Opening. Firmé los papeles de matrícula y otro que, según ellos, era el permiso para domiciliar en mi cuenta las mensualidades. Un grave imprevisto económico me obligó a dejar el curso a medias y acudí a la academia para darme de baja, pero, ¡oh sorpresa!, lo que había firmado era una financiación del coste total del curso que me obligaba a pagar los plazos irremisiblemente. ¿Cómo se deja de pagar un crédito a un banco?

A partir de ese momento el trato afectuoso y servicial se evaporó y pasaron a tratarme como una molestia. Recibí respuestas como 'si tú no puedes venir que venga un amigo, pero el curso ya está pagado' y largas que me impedían hablar con el director. Enseguida comprendí que era una situación habitual para ellos y que estaban bien aleccionados para manejarla.

Sé que debí leer la letra pequeña y no lo hice. Pero, señores, ¡me engañaron! En fin, me siento totalmente humillada e indefensa y, como yo, muchos otros usuarios de este tipo de academias que proliferan por todo el país a bombo y platillo a base engaños y medias verdades.