Aznar y Fini critican el egoísmo de los países ricos

El caso de los 13 palestinos de Belén ha dejado patente la frontera entre ricos y pobres dentro de la UE, entre la generosidad de unos y el egoísmo de otros. 'Echen una ojeada a la lista y saquen ustedes mismos conclusiones', manifestaba con ironía hace una semana en Bruselas el nuevo ministro portugués de Asuntos Exteriores, Antonio Martins da Cruz, después de que sólo 6 de los 15 Estados miembros anunciaran su disponibilidad a aceptarlos.

'La imagen que se está dando es bastante penosa y peor aún es el egoísmo de los países grandes, que en algún caso exigen tener la seguridad suficiente de que no serán colocados en un país fronterizo al suyo', confesaba este fin de semana en Madrid una fuente diplomática europea, apuntando el dedo acusador en Alemania. 'Chirac aún tiene disculpa por estar metido en campaña electoral y Blair ya tiene bastante con Afganistán', agregaba la fuente.

Con cierto regusto amargo, José María Aznar, presidente de turno de la UE, se quejó el sábado de la insolidaridad de los socios más ricos sin hacer ninguna mención particular. 'Espero que ustedes tengan en cuenta a la hora de emitir un juicio quiénes estamos manifestando una predisposición favorable y quiénes no lo están haciendo', declaró al ser preguntado sobre el tema en la conferencia de prensa tras la cumbre de la UE con América Latina y el Caribe.

'Es lamentable que ciertos países no hayan asumido su cuota de responsabilidad', manifestó ayer el viceprimer ministro italiano, Giancarlo Fini. 'Todo esto me parece frustrante porque Europa tenía ocasión de haberse presentado políticamente unida', añadió. Más contemporizador se mostró el alto representante de la UE, Javier Solana, quien fiel a su espíritu de cerrar y no abrir conflictos dijo: 'Lo importante es que el conflicto de Belén ha terminado y que los soldados israelíes se han retirado de la iglesia de la Natividad'.