Retrato de una década emprendedora
Informática y 'Telecos' nutren el 63% de las empresas de estudiantes de la Politécnica
Como dice el refrán: 'La experiencia es la madre de la ciencia', también en un mundo tan dinámico como la economía, donde la observación de iniciativas emprendedoras puede revertir en futuros proyectos. Este propósito inspira La experiencia de creación de empresas desde la UPV 1992-2001, un estudio que pretende ser 'retrato de 50 empresas de base tecnológica y de sus emprendedores', realizado por Juan Ignacio Dalmau y José Miguel Vicente -éste último fundador de una empresa a través del plan universitario-, donde se aborda la experiencia de 'emprender', tras diez años del programa de creación de empresas Ideas, de la Universidad Politécnica.
A través de cuestionarios, se han estudiado medio centenar de empresas tocando tres ámbitos: el emprendedor, las características de la empresa y la interacción con el entorno, extrayendo consideraciones para iniciativas futuras. El retrato robot del emprendedor es 'el del estudiante de los últimos cursos, o que lleva pocos años trabajando, que materializa una idea con potencial de negocio, movido por la voluntad propia y la apreciación de la oportunidad', ilustra el estudio. El manual lo describe como una persona firme, que confía en sus posibilidades, sobre todo, la de superar fallos y sobresale por su disposición a iniciar una empresa de manera independiente.
El 70% de los emprendedores busca la oportunidad, estimulado por propia voluntad, y sólo un 30% espera a que la ocasión llame a su puerta. Los antecedentes familiares no tienen una especial relevancia para explicar la predisposición a emprender. De los 149 emprendedores entrevistados, sólo el 11% tenía algún precedente emparentado. A la pregunta de cómo se ve, en un 39% de los casos se percibe como emprendedor, más que como ejecutivo, un 34%; o líder, un 27%. La juventud de las empresas (con un promedio de dos años) y el volumen de la plantilla (por debajo de los 10 trabajadores) podría explicar este sentimiento personal.
En el capítulo de las titulaciones, entre los más solícitos a montar su negocio, encontramos a los ingenieros informáticos y a los de telecomunicaciones. El 70% de la muestra analizada corresponde a alumnos de la Universidad Politécnica, de los cuales un 39% y un 24% provienen de las Escuelas de Informática y Sistemas, y de Telecomunicaciones, respectivamente. Las oportunidades de la nueva economía abren la salida del autoempleo. Esta conclusión está relacionada con el alto uso de tecnología de los negocios creados: un 62% utiliza internet y un 26% la integra en operaciones comerciales o de gestión interna.
La juventud es otro rasgo que acompaña al aventurero empresario: más del 60% de los emprendedores inició su actividad en la universidad o antes de transcurrir los dos primeros años del final de carrera. Los licenciados mayores se aglutinan en el sector de la consultoría, que a grosso modo, supera los 33 años. Los jóvenes modifican sobre lo inventado, aportando otra versión. Sólo el 34% de las empresas responde a algo decididamente inédito. A la hora de asumir riesgos, un 64% se decanta por hacerlo en compañía, eligiendo un estilo de dirección plural con socios, y lo corriente es carecer de local en propiedad, un privilegio alcanzado por un 33% de los encuestados.
Por subsectores, los de telecomunicaciones y software tienen la mayor consolidación de la muestra, con facturaciones acumuladas desde su financiación de seis millones de euros. El mercado potencial de las empresas se halla en la Comunidad Valenciana. Aunque cerca de un 30% vende a Madrid y Cataluña, y un 4% consigue colocar sus productos a la UE. En cuanto a la investigación, cabe destacar que un 18% participa en proyectos de I+D+I.
Las mayores dificultades encontradas para crear la empresa fueron el desconocimiento de los pasos legales y fiscales (48%) y acceder a la financiación (39%). A menor nivel, interviene como escollo la falta de tiempo para gestiones, citada en un 20%. No obstante, es curioso observar que los puntos primordiales para iniciar una actividad son el capital técnico (la competitividad de la futura empresa) y el relacional (los contactos previos). El capital financiero tampoco es el gran obstáculo: sólo el 20% lo citó como punto fuerte, un dato que corrobora la confianza que el futuro empresario deposita en sí mismo (un 90% contaba con un saber-hacer).
El 88% de las empresas acude a sus fondos para subvencionarse. Bancos y socios capitalistas son utilizados por un 36% y un 6%, respectivamente. Un 10% recurre a los ahorros familiares y el capital de riesgo es descartado. Las prácticas de formación son habituales: En un 96%, los emprendedores fueron orientados para hacer un plan de empresa por instituciones y centros como Ideas (60%); el Centro Europeo de Empresas Innovadoras (CEEI), en un 24%, o el Instituto Valenciano de la Juventud (Ivaj), en un 12%. Posteriormente, un 80% recibe formación externa y el 20% autoformación.
La 'incubadora' de ideas
La Universidad Politécnica de Valencia se distingue por ser una institución joven -se remonta a 30 años- con una clara vocación empresarial. El programa Ideas es el decano universitario español y ha incubado a más de un centenar de empresas, tanto de la universidad como de particulares.
Con una media de 17 empresas por año, Ideas se traduce en 500 empleos netos, de base tecnológica. Las empresas de la Universidad Politécnica de Valencia están en el segmento del 40% de empresas españolas de entre uno y nueve empleados, y en el caso de los sectores tecnológicos se acerca al grupo de 10 trabajadores, entrando así en la 'élite empresarial', que representa el 6%, tanto en la Comunidad Valenciana, como en el resto de España.
El programa Ideas nació en 1992 para fomentar la creación de empresas por parte de alumnos y particulares. Tras un rodaje previo, entró en funcionamiento en 1996 y llegó a su madurez en 2000 con la creación del Instituto para la Creación y Desarrollo de Empresas (ICDE).
En 2001, el ICDE batió el récord histórico con 27 empresas creadas. Recientemente ha puesto en marcha el portal del emprendedor, que cuenta con una incubadora virtual.
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