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Entrevista:GUY DOLLÉ | DIRECTOR DEL CONSEJO DE DIRECCIÓN DE ARCELOR

'Nuestra prioridad es entrar en EE UU'

La primera siderurgia mundial se niega a una guerra comercial con Estados Unidos y aspira a convertirse en un productor en este país sin aumentar su actual nivel de endeudamiento

Recién instalado en Luxemburgo, Guy Dollé, nacido 1942 en la región francesa de Lorena, ha pasado de ser el primer ejecutivo de la francesa Usinor a estar al frente de la dirección del primer productor mundial de acero, Arcelor. En la antigua sede de Arbed, Dollé ocupa un modesto despacho, presidido por dos balones de fútbol dedicados que reflejan su pasión. No echa de menos la bulliciosa París y su preocupación es integrar tres sociedades (Arbed, Usinor y Aceralia) y hacer frente al conflicto comercial con EE UU. Cree que la disputa no es suficiente para abrir una 'guerra comercial', propugna mantener abierto el diálogo y considera que, pese a que la Organización Mundial de Comercio (OMC) es muy lenta en aplicar sus acuerdos, es 'muy importante' que la Unión Europea respete las reglas de juego.

'La fusión es un matrimonio por interés que, por otra parte, es más duradero que uno por amor'
'Me asombra que se hable de un exceso de capacidad de la siderurgia mundial de 200 o 300 millones de toneladas'
'Mantenemos las sociedades nacionales esencialmente por motivos fiscales, porque no existe un concepto de fiscalidad europea'
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Pregunta. En toda fusión hay una cultura que gana y otra que pierde. ¿En Arcelor?

Respuesta. En mi opinión, las tres culturas pierden, lo que quiere decir que las tres culturas ganan. Se trata de un matrimonio por interés que, por otra parte, es más duradero que un matrimonio de amor. No hay un modelo que sea perfecto y se imponga a los otros tres; por lo tanto, hay que crearlo. Pero se necesita algo de tiempo.

P. ¿Pero hay más dificultades de lo que se pensaba?

R. Le diría que no, porque, de todas formas, sería ilusorio pensar que se pueda hacer deprisa. Todos los que han hecho integraciones saben que hacen falta tres o cuatro años. No se pueden imponer.

P. ¿Será posible obtener los resultados que habían previsto en el momento de la integración?

R. Sí. En el segundo trimestre hemos conseguido un incremento de ventas del 10% en unas condiciones de mercado difíciles. Sin Arcelor no lo habríamos conseguido.

P. ¿Cómo es posible que impongan una subida de precios, cuando hace un mes se temía una caída en Europa debido a las medidas proteccionistas tomadas en EE UU?

R. Los precios en el primer trimestre de 2002 eran los más bajos, en dólares, de los últimos 20 años y con estos precios nadie gana dinero. No era posible ponerlos más bajos. Es cierto que el consumo real de acero no es muy bueno, depende de los sectores y del país. Al contrario de lo que pasó en 2001, la gente ahora está reestableciendo stocks, para prepararse para una mejora en el 2002. Por otra parte, la voluntad de Arcelor de limitar su oferta y, por lo tanto, su producción ha permitido este aumento. Si la Comisión Europea no hubiera tomado medidas, cierto número de toneladas que iban a EE UU habrían sido enviadas a Europa. No se necesita mucho acero suplementario para que tenga consecuencias en los precios. Así que nos sentimos satisfechos porque las medidas de la Comisión se han tomado muy rápidamente.

P. ¿Piensa que los clientes van a recibir bien una segunda subida de precios?

R. Han recibido muy bien seis o siete bajadas sucesivas. Están acostumbrados.

P. Usted habló hace un tiempo de la posibilidad de crear un fondo para reestructurar el sector del acero de Estados Unidos.

R. Ya es demasiado tarde. Era la mejor solución. EE UU no la ha tomado en consideración. No sé si ahora puede volver atrás, tengo mis dudas. Y era una buena idea.

P. ¿Tiene intención de entrar a producir en EE UU?

R. Los productos planos para el automóvil son una especialidad de Arcelor. Tenemos el 40% del mercado en Europa y el 15% en el mundo. Estamos presentes en todo el mundo, directa o indirectamente, menos en Estados Unidos. Pero Norteamérica representa la tercera parte de los coches fabricados en el mundo y las tres grandes compañías están en Detroit. Si realmente queremos ser líderes en el sector del automóvil hay que estar presentes. Las decisiones de George Bush [presidente de EE UU] muestran claramente que uno no puede basar su estrategia en las exportaciones a este país. Por lo tanto, hay que ser productor a nivel local. Hay dos problemas. El primero es que no podemos endeudarnos más, nuestra deuda está al nivel máximo. El segundo es que, aunque hay oportunidades en estos momentos porque hay algunas sociedades en quiebra, los costes sociales son muy elevados. Aunque hay oportunidades y están dentro de nuestra estrategia, la falta de medios financieros, por un lado, y los posibles riesgos, por otra parte, hacen que a menos que se encuentren soluciones sin efectivo, la probabilidad a corto plazo es muy débil.

P. Y a través de un cambio de participación.

R. No es fácil, porque las sociedades norteamericanas están más valoradas que las sociedades europeas. Por lo tanto, es difícil intercambiar acciones, porque los accionistas resultan perjudicados.

P. Hay ciertas sociedades, como Sidenor, que han querido entrar en EE UU, pero han encontrado problemas en el sector.

R. Arcelor, con su nombre, si va a Estados Unidos y si respeta las costumbres locales y a los sindicatos que operan en este país, todo le irá bastante bien. La imagen de nuestra empresa es lo suficientemente positiva e importante como para que sea bien recibida. Sobre este asunto no tengo ninguna inquietud.

P. En algún otro mercado.

R. Vamos a ir etapa por etapa. Tenemos que conseguir integrar la fusión y luego volver a partir. Nuestra prioridad es EE UU; luego, Suramérica, y después, la Europa del Este, Polonia.

P. ¿Va a cambiar Arcelor las reglas de juego y abandonar las patronales nacionales para jugar sólo a nivel europeo?

R. No, está claro que ése no es nuestro objetivo. Nuestro objetivo es ser europeos en una sociedad europea. A nivel europeo vamos a tener un comité con nuestros socios europeos, pero nuestras filiales son empresas españolas, francesas, luxemburguesas, belgas y alemanas, con sus particularidades legales, pero también con la voluntad de ser ciudadanas y desempeñando un papel activo.

P. ¿Van a dirigir entonces todas las patronales nacionales?

R. Ése puede ser el riesgo. No que estemos ausentes, sino que estemos demasiado presentes.

P. ¿Y las empresas tendrán cierta independencia, o la línea va a estar marcada por la central?

R. Hemos optado por una organización por sectores. Éste el nivel principal de este negocio. Hemos decidido, y esto es muy importante, que Arcelor Corporate no sea un holding financiero, no somos una sociedad que gestiona las participaciones financieras, pero tampoco seremos un operador.

P. ¿Y por qué se mantienen las sociedades?

R. Por el interés fiscal, porque todavía no existe un concepto de fiscalidad a escala europea. En segundo lugar, porque, al menos en Francia y en España, necesitamos pequeñas entidades que dependen del centro, pero que actúan localmente para ayudar y coordinar ciertas actividades descentralizadas.

P. Si se crea la sociedad europea, ¿se cambiará la estructura?

R. Sí, creo que sí.

Guy Dollé, director del Consejo de Dirección de Arcelor.
Guy Dollé, director del Consejo de Dirección de Arcelor.

'Temo que no se haga nada para reducir el exceso de capacidad'

Pregunta. ¿Confía en las conversaciones en el seno de la OCDE para solucionar los problemas comerciales internacionales del sector y el exceso de capacidad?

Respuesta. El fin es loable, porque, efectivamente, hay que encontrar una solución para reducir el exceso de capacidad. Está claro. Pero, en primer lugar, ¿qué es un exceso de capacidad? Me asombra que se hable de un exceso de capacidad de la siderurgia mundial de 200 o 300 millones de toneladas. No es cierto. Es un exceso de capacidad teórico, que incluye las acerías que dejaron de funcionar hace 20 años. Lo que hay que hacer es acabar con los excesos de capacidad ineficaces en costes y a nivel medioambiental. ¿Dónde están? En Norteamérica, en Europa del Este y en China. Es imposible detener esos excesos de capacidad en China, porque importa ya mucho y no desea importar más. Queda excluido. En Europa del Este hay excesos de capacidad ineficaces, con sus problemas sociales correspondientes, y en EE UU, también. Si se logra financiar colectivamente los costes de salida del sector de estas empresas y el desarrollo industrial necesario para evitar que esos países tengan problemas sociales, creo que no habrá problemas. De todas maneras, hay que encontrar una u otra solución, y la complejidad de este debate, al contrario de lo que ocurre con el aluminio, se debe a la multiplicidad de Estados. Temo que no se haga nada realmente.

P. ¿Qué va a pasar dentro de seis meses cuando venza la aplicación de las medidas de salvaguarda de la UE ante los aranceles de EE UU?

R. Me parece evidente que no deben interrumpirse al cabo de seis meses.

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