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La ONU suaviza el bloqueo a Irak para ayudar a la población

El nuevo programa 'petróleo por alimentos' dirige las sanciones al Gobierno de Sadam

El Consejo de Seguridad de la ONU decidió ayer por unanimidad modificar el régimen de sanciones contra Irak basado en el programa humanitario petróleo por alimentos, la válvula de escape que permite a Bagdad importar bienes de primera necesidad a pesar del embargo internacional. El nuevo sistema, fruto de un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia, permitirá restringir importaciones militares y desbloquear millones de dólares en productos básicos. Washington intenta así dejar al régimen de Sadam Husein sin el argumento de que las sanciones azotan a su país.

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La resolución aprobada ayer por los 15 miembros del Consejo, incluida Siria, que opuso resistencias de último minuto, supone el mayor cambio al programa de Petróleo por alimentos, ideado en 1996 para aliviar el embargo impuesto en 1990 tras la guerra del Golfo. El sistema permite a Irak exportar 10.000 millones de dólares (11.000 millones de euros) de crudo al año a cambio de comida, medicinas y artículos de primera necesidad.

La intención del nuevo programa es concentrar las sanciones sobre el Gobierno de Sadam Husein y aliviar las penurias de la población. La resolución incluye una nueva lista de 300 páginas de material de posible doble uso -civil y militar- que pudiera contribuir a fabricar armas de destrucción masiva. Al mismo tiempo agiliza el complejo proceso de aprobación por el que la ONU debe dar su visto bueno a cualquier cosa que compre Bagdad. Las armas siguen estando estrictamente prohibidas.

Con el viejo sistema, cualquier miembro del Consejo podía vetar las importaciones iraquíes. Estados Unidos pudo así bloquear durante años 5.200 millones de dólares destinados a Irak. Ahora será la agencia de los inspectores de la ONU, Unmovic, y la Agencia para la Energía Atómica, encargadas de vigilar el arsenal iraquí, las que controlen las importaciones e informen al comité de sanciones del Consejo de Seguridad. También se han reducido los plazos: la revisión no debe tardar más de 30 días. El nuevo régimen se ha renovado por seis meses.

La resolución es fruto de seis meses de negociaciones entre Washington y Moscú, que sigue siendo partidaria de levantar directamente el embargo y espera del acuerdo un replanteamiento del tema iraquí. Entre los bienes vetados por los estadounidenses también figuran 700 millones de dólares en contratos rusos que ahora podrán ser desbloqueados.

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El secretario de Estado, Colin Powell, fue el primero el año pasado en articular la idea de 'sanciones inteligentes' contra Bagdad para evitar que los fallos del programa petróleo por alimentos pudieran jugar a favor de Sadam Husein. EE UU no ha ocultado su intención de derrocar el régimen iraquí, pero necesita del respaldo del Consejo de Seguridad para evitar lanzarse solo en la aventura. Incluso el Reino Unido, su aliado tradicional, ha pedido el consenso previo de la ONU.

'Esto va a facilitar el movimiento de productos humanitarios y de uso civil en la economía iraquí', se felicitó ayer el embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Negroponte. El representante ruso,Serguéi Lavrov, fue más cauto. 'La resolución no cambia el alcance de las sanciones, simplemente simplifica el programa humanitario'.

Irak manifestó, como era de prever, su descontento. 'Esto es una nueva operación de hostigamiento contra el pueblo iraquí', dijo su embajador, Mohamed al Duri, al asegurar que la nueva lista impedía importar productos agrícolas, eléctricos o sanitarios.

La condición sine qua non para levantar las sanciones sigue siendo la vuelta de los inspectores de Unmovic a Irak, después de que se vieran obligados a marcharse en 1998. La ONU y Bagdad llevan ya dos rondas negociadoras sobre el tema, por ahora sin resultados, y se prevé una próxima reunión en Nueva York a finales de este mes.

Mujeres iraquíes compran comida en un mercado de Bagdad.
Mujeres iraquíes compran comida en un mercado de Bagdad.ASSOCIATED PRESS

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