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Reportaje:Signos

El agridulce aniversario del Pacto por el Libro

La Consejería de Cultura prevé invertir 5,4 millones de euros entre 2002 y 2004

La consejera de Cultura, Carmen Calvo, impulsó la firma del Pacto Andaluz por el Libro el 23 de abril de 2001. El presidente de la Junta, Manuel Chaves, estampó su rúbrica en un acuerdo que buscaba 'colocar al libro en el centro de atención de la vida ciudadana de los andaluces como motor de cambio de sus hábitos culturales y base sólida para comenzar con pie firme el tercer milenio'. También pusieron su firma los representantes de los libreros y editores, los sindicatos UGT y CC OO, la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), la RTVA y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. ¿Cuál es el balance para los firmantes un año después?

'Destacaré una cosa espectacular que hemos hecho. El 10 de diciembre, 56 alcaldes firmaron solemnemente en San Telmo con el presidente de la Junta una campaña de fomento de la lectura de la Consejería de Cultura con las bibliotecas municipales y escolares. A los cinco días de esa firma empezaron talleres de escritura y lectura en 56 pueblos medianos y grandes', relata Carmen Calvo.

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Cultura prevé invertir 5,4 millones de euros entre 2002 y 2004 en talleres de escritura y lectura y en circuitos de escritores. 'Queremos fomentar circuitos literarios metiendo a autores en las aulas. Para 2004 hemos calculado que habrán pasado 900.000 personas por los talleres de escritura y lectura y los circuitos', dice Calvo, que quiere ampliar esta actividad a 30 ayuntamientos más. Cultura organizará en marzo el primer encuentro de libreros andaluces y financia un estudio sobre este sector y las librerías. Calvo resalta la creación del primer certamen de escritores noveles menores de 18 años y la campaña de fomento de la lectura que Canal Sur prepara para el otoño.

'Quiero que quede muy clara una primera cosa. La gente identifica el pacto con la Consejería de Cultura y creo que es un error. La responsabilidad del pacto es de todos los que lo firmaron: hay que llamar a los empresarios, a los sindicatos, a los libreros y a los editores y preguntarles qué han hecho', dice. 'Yo no soy la responsable del pacto. Hemos puesto las infraestructuras para que esto funcione. La Consejería de Cultura financia todos los gastos de estructura del pacto. Pagamos el sueldo de 10 personas: la gerente del pacto, un coordinador por cada provincia andaluza y un auxiliar', explica Calvo.

Este diario ha intentado, sin éxito, que portavoces de UGT y CC OO hagan un balance del primer aniversario del pacto. Un portavoz de la CEA comenta: 'Firmamos ese acuerdo; pero el tema del libro queda lejos de nuestro trabajo diario. Nosotros no tenemos una opinión concreta al respecto. El único portavoz es la gerente del pacto, que depende de la Consejería de Cultura'.

Jesús Peláez, presidente de la Asociación de Editores de Andalucía, señala que 'ha sido un año productivo: hay una persona como gerente del pacto y una sede'. 'Se han hecho acciones de hondo calado que si se mantienen, podrán incidir positivamente en los hábitos de lectura', asevera Peláez.

Juan Manuel Cruz, representante de la Federación de Libreros Andaluces, hace 'un balance positivo' del pacto. 'Este primer años hemos hecho una mínima infraestructura. También ha sido un tiempo en el que se han estado recogiendo ideas y proyectos para llevar a cabo', dice Cruz.

Esta página ha sido elaborada por Santiago Belausteguigoitia con la colaboración de Jesús Arias, Cristina Fernández, Alejandro V. García y Alejandro Luque.

Ausencia de actos concretos

Los libreros no han visto grandes logros con el Pacto Andaluz por el Libro.
José Díaz, copropietario de la librería Alsur (Granada), señala: '¿El pacto? Sí, salió en el periódico pero no he sabido nada más. No he recibido propuesta alguna o siquiera una circular. Ni de la Junta ni de los libreros. La intención, eso sí, era buena'.
Antonio Rivero, director de la Casa del Libro de Sevilla, no ve 'que haya tenido la plasmación concreta necesaria'. 'No ha dado los frutos que se esperaban. No hemos recibido ningún apoyo del pacto. No he visto ninguna traducción en actos concretos', indica Rivero.
Juan Manuel Fernández, de la librería Manuel de Falla (Cádiz), afirma no haber notado los efectos del pacto. 'Tampoco creo que lo hayan notado mis compañeros del gremio. Hasta ahora, todo parece haberse quedado en las buenas intenciones', dice Fernández.
Francisco Puche, de las librerías Proteo y Prometeo (Málaga), explica que el pacto 'es un intento válido por afrontar un problema gravísimo que son los bajísimos índices de lectura'. 'Este pacto supone una pequeña rampa de lanzamiento, es un principio si no se queda en agua de borraja', recalca Puche.

Buenas intenciones, esperanza y nada

Los editores de la región tienen distintas opiniones sobre el Pacto Andaluz por el Libro.
Miguel Ángel Matellanes, editor de Algaida (Sevilla), cree que 'esto es una carrera de fondo'. 'Se han notado buenas intenciones. Pero no sé hasta qué punto esas buenas intenciones se han plasmado en otro tipo de cosas. El modelo de cultura está cambiando. El libro como forma de ocio debe competir con otras opciones', explica Matellanes.
José Luis Jaime Serrano, de Quórum Editores (Cádiz), tiene 'muchas esperanzas de futuro'. 'Yo pensaba que los efectos iban a verse a corto plazo; pero entiendo que hay que hacer las cosas despacio y bien. Para ello, tenemos que ser positivos y seguir trabajando', comenta Jaime.
Antonio Berrocal, editor de BMMC (Málaga), señala que el 'grupo de sectores que conforman el pacto tienen una selva muy difícil de salvar, ya que el libro es algo muy complejo y genera mucha controversia'. 'Este acuerdo debería ahondar en la información, en crear debates para orientar al lector y en formar una línea editorial decidida en Andalucía y el resto del país', asevera Berrocal.
Antonio Jiménez, de la Editorial Alhulia (Salobreña, Granada), comenta que 'se hizo un pacto que no se ha visto'. 'Tan sólo se anunció ese pacto para salir en la foto, y después, nada', concluye Jiménez.

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