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Robertson: 'Entramos en una situación revolucionaria'

La nueva relación privilegiada entre la OTAN y Rusia es, para el secretario general de la Alianza Atlántica, el 'inicio de una nueva era'. 'Vamos a vivir un choque cultural tanto ellos como nosotros, algo impensable hasta hace bien poco. Entramos con este nuevo mecanismo en una situación revolucionaria. Rusia, sentada entre España y Portugal, de igual a igual con los 19 miembros de la organización', opina George Robertson en una charla mantenida en su despacho con EL PAÍS y otros dos medios, tres días antes de viajar a Reikiavik para participar en la reunión de primavera de los ministros de Exteriores de la OTAN. 'Y la ironía de todo ello es que los rusos van a darse cuenta ahora que esta institución no es tan monolítica como se piensa y que se discute y se discrepa entre todos los socios', agrega.

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Las dos partes negocian la redacción del texto del acuerdo y lo seguirán haciendo hasta el final. 'El mismo lunes por la noche las dos delegaciones celebrarán en Reikiavik otro encuentro para limar los últimos detalles', indica lord Robertson, quien no cree que Rusia y la Alianza fracturen la actual confianza cuando no sea posible alcanzar un consenso en alguna cuestión que se aborde en el nuevo órgano. También rechaza que los aliados hayan hecho alguna concesión para tranquilizar las reservas rusas sobre la próxima ampliación: 'No se ha tratado de ningún trueque. Rusia expresó desde hace tiempo que no estaba de acuerdo, pero también era consciente de que no tenía ninguna posibilidad de oponerse'.

'Me llamó al móvil y me anunció: 'George, soy Silvio', cuenta que le dijo el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pidiéndole consejo a mediados del mes pasado desde Moscú cuando fraguó con el líder ruso, Vladímir Putin, la cumbre OTAN-Rusia que se celebrará en Roma el próximo día 28. 'Será la culminación de la nueva relación y donde verdaderamente se podrá decir que la guerra fría es un capítulo pasado'.

Lord Robertson dice que en la idea de la cumbre trabajaron activamente también Bush y Aznar y recuerda que fue su compañero de partido y primer ministro británico, Tony Blair, el impulsor del matrimonio de conveniencias entre la OTAN y Rusia.

Se resiste a anticipar quiénes serán, de los nueve solicitantes, los que en la Cumbre de Praga, el próximo noviembre, sean invitados a ingresar en la Alianza. Todo apunta a que Macedonia y Albania se quedarán fuera y el resto entrará dependiendo de la incertidumbre que deparen las elecciones en Eslovaquia dos meses antes de Praga. La victoria del derechista Vladimir Meciar es vista como un peligro tanto en Bruselas como en Washington.

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¿Se hará aún más difícil la toma de decisiones en una alianza con 26 miembros? 'No es una cuestión de tamaño, sino de voluntades', opina su secretario general, al subrayar la importancia de que vaya unido a la reforma interna de la organización, la revisión de sus funciones y el mayor desarrollo de sus capacidades.

Lord Robertson parece adelantarse al futuro al señalar: 'La OTAN no es un club militar, sino una alianza de naciones libres' que trabajan para la paz. ¿Ha dejado de ser relevante, como piensan no pocos tras los atentados del pasado 11 de septiembre y pese a activar el artículo 5 de su tratado? 'Estoy cansado de escuchar siempre lo mismo. Pusimos todos nuestros medios a disposición de un aliado que había sido atacado. No intervinimos durante la guerra del Golfo y nadie dijo nada'.

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