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Miró Ardèvol deja el Ayuntamiento con críticas a CiU

Nueva crisis en el grupo municipal de Convergència i Unió (CiU) en Barcelona. El concejal Josep Miró Ardèvol, que inició el mandato como hombre fuerte del grupo, ha comunicado a la dirección de Convergència su intención de dejar el Ayuntamiento para dedicarse con más intensidad al lobby católico E-Cristians, del que es uno de los principales activistas.

El dirigente se mostró crítico con la evolución de CiU: 'Antes tenía una sola alma, ahora tiene 28 y éste es el problema; en un partido amplio está bien que haya pluralismo, pero tiene que hundir las raíces en algo; de lo contrario el árbol no aguanta', declaró ayer a Ràdio Barcelona.

La renuncia de Miró Ardèvol será la tercera baja que sufre CiU, que obtuvo 10 concejales en los comicios de 1999, un resultado muy por debajo de las expectativas de la coalición nacionalista. Oriol Pujol Ferrusola, hijo del presidente de la Generalitat, fue el primero en dejar el Ayuntamiento -antes incluso de cumplir un año como concejal- para asumir la secretaría general del Departamento de Industria.

El año pasado fue el presidente del grupo, Joaquim Molins, quien abandonó el Ayuntamiento con motivo de las discrepancias con la línea impuesta por el secretario general de Convergència, Artur Mas, que situó en la dirección del partido en Barcelona a Joaquim Forn, uno de sus fieles, en detrimento de Molins. La persona de confianza de éste, Josep Miró Ardèvol, tampoco cumplirá todo el mandato y tiene previsto dejar el Ayuntamiento antes del verano, al igual que el presidente del grupo municipal del Partido Popular (PP), Santiago Fisas, quien aspira a convertirse en vicepresidente del Comité Olímpico Español (COE).

Miró Ardèvol empezó el mandato como portavoz, pero una enfermedad le apartó de la primera línea. Después, tras la marcha de Molins, vio como su protagonismo en el grupo se fue reduciendo a la par que iba dedicando cada vez más energías al grupo E-Cristians, cuya actividad ha sido vista en ocasiones con reticencias por la propia Convergència.

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