La Generalitat y la CHE controlarán la calidad del agua del río Ebro

Cinco meses después de la contaminación por mercurio en el Ebro, que afectó a la red de abastecimiento de agua potable de unos 40 municipios de Tarragona, la Agencia Catalana del Agua (ACA) y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) firmaron ayer un convenio para aumentar los análisis de calidad del agua y los puntos de control, así como para compartir información y establecer una actuación conjunta ante posibles incidentes.

Las responsabilidades por el foco de contaminación se dirimen aún en los juzgados de Falset (Priorat). El consejero de Medio Ambiente, Ramon Espadaler; el presidente de la CHE, José Vicente Lacasa, y la directora de la ACA, Marta Lacambra, sellaron ayer en Tivenys (Baix Ebre) un acuerdo por el que se prevé aumentar la periodicidad de los análisis destinados a la detección de sustancias tóxicas y metales pesados como el mercurio en el agua, los sedimentos y los peces. De los 31 análisis anuales que se efectúan en la actualidad se pasará a 148 mediante la coordinación de los mecanismos de control de ambos organismos.

La ACA, además, creará un nuevo punto de control en el azud de Xerta. Con ello, los análisis de mercurio pasarán de tener una frecuencia mensual a quincenal; los organoclorados volátiles, de semestral a quincenal, y los organoclorados semivolátiles, de semestral a mensual. Paralelamente, Medio Ambiente asumirá la instalación de cinco nuevas estaciones de control automático de calidad y cantidad de las aguas.

Además de la insuficiencia de controles, la falta de coordinación y de fluidez en el intercambio de información entre los organismos competentes fueron otros puntos negros que se achacaron a la gestión de la crisis ocasionada por la presencia de mercurio en el Ebro y en la red de agua potable, que fue detectada finalmente por los análisis del Consorcio de Aguas de Tarragona una semana después de que aparecieran miles de peces muertos en Ascó. El Gobierno catalán se escudó entonces, ante las críticas de la oposición, con lo que Espadaler calificó ayer de 'selva competencial' y 'etapa de relación controvertida' con la CHE. El consejero, que llegó a tildar la fecha de ayer de 'histórica', aseguró que el acuerdo permite delimitar 'competencias y responsabilidades ante los ciudadanos' tras 17 años, cuando la Generalitat asumió, delegadas por el Estado, competencias como la vigilancia del río y los controles de calidad.

Sin embargo, Espadaler evitó pronunciarse sobre el estado actual del proceso que debe determinar las posibles responsabilidades por el vertido de mercurio que se sigue en los juzgados de Falset y por el cual la CHE abrió un expediente sancionador contra Ercros, en estos momentos en suspenso. 'Cualquier información que hayamos tenido la hemos puesto a disposición de la justicia', señaló. El consejero de Medio Ambiente tampoco quiso pronunciarse sobre si la Generalitat piensa resolver el problema que suponen las varias toneladas de sedimentos contaminados por mercurio que se depositan en el fondo del pantano de Flix y que, según los expertos, entrañan un alto potencial peligroso sobre el tramo final del Ebro.