Los ultras verán el partido en comisaría
Interior propone hoy a los clubes adaptar a España el modelo inglés de control de los radicales
El ministro del Interior, Mariano Rajoy, propondrá hoy a los clubes de fútbol un repertorio de 'medidas contundentes' para prevenir y reprimir los actos de violencia en los estadios, que en los últimos tiempos se han multiplicado de manera espectacular. La principal propuesta será la posible adaptación a España del modelo inglés de control de los ultras violentos. La legislación británica obliga a los hooligans que hayan sido sancionados administrativamente por vandalismo a presentarse en la comisaría de su ciudad dos horas antes de los partidos que su equipo juegue en casa. Allí deben permanecer durante el encuentro -que podrán ver en la misma televisión que lo hacen los policías- y hasta dos horas después del pitido final, momento en el que se les libera. El hincha que no cumpla este arresto deportivo puede ser sancionado por la vía penal.
Las medidas que tiene en cartera el Ministerio del Interior serán expuestas hoy por el vicepresidente Rajoy en la reunión que mantendrá con el secretario general de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo; el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Pedro Tomás, y el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar.
La adaptación a España del modelo que se sigue en Inglaterra será puesta encima de la mesa por el ministro para que todas las partes estudien su posible aplicación 'de manera conjunta y acordada', según dijo ayer Rajoy en los pasillos del Senado, quien agregó que su intención es que las medidas que se adopten 'perduren en el tiempo' y no sean un acto reflejo ante un caso concreto. Por ello se prevé crear un comité específico para el seguimiento de las medidas que se tomen.
Interior admite las dificultades para poner en marcha el sistema inglés, que obligaría a abordar modificaciones legales, incluso del Código Penal (cuyas penas ya están en revisión). 'Se va a estudiar cómo se puede aplicar ese sistema, pero de una forma más moderada que en Inglaterra, ya que el problema de la violencia en los campos españoles no ha llegado a esos niveles', indicaron fuentes del departamento. Unas de las primeras dificultades encontradas es la ausencia de recintos para poder aplicar el arresto deportivo y de jueces específicos para estos casos.
Ya en el año 1996, el grupo parlamentario del Partido Popular en la Asamblea de Madrid redactó una propuesta para investigar la violencia urbana en la región. En ella se propugnaban una serie de restricciones para los hinchas violentos. Así, todo asistente a un partido que exhibiea símbolos racistas o xenófobos sería objeto de un expediente que podía derivar en su confinamiento en comisaría durante los partidos. Pero algunos miembros del propio PP, como el por entonces delegado del Gobierno en Madrid, Pedro Núñez Morgades, veían con reticencia la medida.El caso es que la propuesta se varió y lo que se llevó ante la Asamblea fue un documento en el que se pedían 'centros de reinserción' para los alborotadores.
La retención en comisaría en todos los partidos que juegue el equipo en casa durante el tiempo que dure la sanción administrativa impuesta (que puede ser desde un fin de semana a toda la temporada) evitaría el ingreso en los campos de los más violentos, ya que se considera 'muy difícil' que los clubes puedan hacerlo con sus propios medios. No obstante, también se les pedirá a los equipos que extremen las medidas para cerrar el paso a los violentos y para reprimir cualquier conato de bronca en las gradas.
Interior dispone de un registro de los ultras sancionados (con multa), que hasta el momento ha sido poco operativo para impedir que entren en los campos. 'Siempre pueden ir disfrazados o con entradas regaladas o a otras zonas del campo', según dijo ayer José Ramón Ónega, presidente de la Comisión Nacional Antiviolencia. Los campos de Primera y Segunda división ya cuentan con un sistema de cámaras de vigilancia de las gradas y del perímetro del estadio (hay instaladas 1.800 en 41 campos), para cuya instalación, obligada por la Ley del Deporte, se dedicaron 27.000 millones de pesetas procedentes de las quinielas. Las grabaciones de las cámaras del Bernabéu permitieron la detención de cuatro ultras que participaron en la trifulca desatada tras el atentado que ETA cometió junto al Bernabéu el 1 de Mayo. Todos ellos están ya en la calle.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.