Diane Pretty pide firmas en su 'web' para modificar las leyes sobre la eutanasia

Fue su primer viaje al extranjero. Diane Pretty, que padece una esclerosis degenerativa que le ha paralizado el cuerpo,desde el cuello a los pies, viajó a Estrasburgo para defender su derecho a morir dignamente. No sirvió de nada.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo desestimó la demanda de Pretty, que pedía que su marido Brian pudiera ayudarla a morir sin ser acusado de un crimen que podría acarrearle 14 años de cárcel. El texto de Estrasburgo declara su simpatía por ella, pero señala el riesgo de abuso que podría causar una sentencia favorable.

La familia de Pretty tiene tres meses para recurrir la sentencia; pero han anunciado que no lo harán. Sus últimas esperanzas las han volcado en Internet.

'La ley necesita un cambio para que yo, y personas como yo, puedan elegir cómo y cuándo morir y no ser forzadas a prolongar el sufrimiento sin razón. Si estás de acuerdo, por favor, firma esta petición electrónica', explica Diane Pretty en la web Justice4Diane. La campaña pide al Parlamento británico un cambio en la ley sobre la eutanasia.

'La lucha de Diane no debe resultar en vano, ni olvidarse', señaló su abogada, Mona Arshi, del grupo de derechos civiles Liberty que, junto a la Sociedad para la Eutanasia Voluntaria (VES), pidió al Gobierno británico la reforma de las leyes. En una semana más de 15.000 personas han firmado la petición de Pretty. 'Diane está muy decepcionada con el resultado de Estrasburgo. Es la primera vez en Gran Bretaña que se usa Internet para librar una batalla de este tipo; con todas las firmas queremos demostrar al Parlamento británico que la mayoría de los ingleses está a favor de una muerte digna para los enfermos terminales', explica un responsable del sitio Justice4Diane.

'Aproximadamente el 80% de los ciudadanos británicos apoya un cambio en la ley para ayudar a gente como Diane Pretty, que busca poder elegir una muerte digna. Gran Bretaña cuenta con la ley en muerte asistida más represiva de toda Europa', afirma Deborah Annetts, directora de VES.

El sitio Justice4Diane permite conocer de cerca el drama de Diane Pretty, madre de dos hijos: 'Tengo 43 años y busco desesperadamente un doctor que me ayude a morir. La degeneración neuronal me ha dejado en una silla de ruedas. Me alimento a través de una sonda. He luchado contra la enfermedad estos dos últimos años y he probado todos los tratamientos médicos posibles'.

'Yo, personalmente, si hubiera llegado al punto que ella, ahora me trasladaría a Holanda con mi marido y haría que me fuesen aplicadas las leyes de ese país', explica un internauta en el foro de EL PAÍS.

La página web del Gobierno holandés aclara la cuestión: '¿Puede un paciente ir a Holanda para que se le practique la eutanasia? No; esto no es posible ya que es imprescindible la existencia de una relación de confianza entre el médico y el paciente'.

En abril de 2002, el mes en el que Diane Pretty perdió su batalla legal, Holanda entraba en la historia como el primer país del mundo que permite por ley la eutanasia. El azar, de nuevo, hizo que el mismo día que se denegaba la petición de Pretty en el Tribunal de Estrasburgo otra mujer británica parapléjica, conocida como Miss B, muriera cuando los médicos le desconectaron la respiración asistida, con la autorización de los tribunales británicos.

La web de la BBC ha abierto una página para explicar las diferencias entre los casos de Miss B y Diane Pretty. 'Hay una diferencia crucial. Mientras que Miss B estaba ejerciendo su derecho a decir no a un tratamiento médico, Diane Pretty estaba pidiendo una intervención activa para acabar con su vida'.