La huelga de autobuses se encona
Los trabajadores de TMB impidieron el cumplimiento de los servicios mínimos en horas punta
Unos 50 autobuses dañados e incumplimiento de los servicios mínimos durante las horas punta. Este es el resultado de la jornada de huelga de ayer, la tercera consecutiva, de los conductores de autobuses de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB). Ante la falta de avances en la negociación del convenio, 500 trabajadores se manifestaron por la mañana en la avenida Diagonal y causaron importantes problemas en el tráfico en este acceso a la ciudad, complicado por la lluvia. El Ayuntamiento de Barcelona criticó la huelga e instó a la policía a implicarse en un conflicto que calificó de 'orden público'.
Desde primera hora de la mañana, los piquetes de trabajadores de TMB se concentraron frente a las cocheras de la avenida de Borbón, Zona Franca, Triangle Ferroviari y Lutxana para impedir la salida de los autobuses que debían prestar servicios mínimos impuestos por el Departamento de Trabajo, que consideran excesivos. 'El 25% de servicio durante todo el día y el 50% en hora punta quitan el contenido a la huelga', aseguraba ayer Paco Bernal, del comité de huelga, en las cocheras de la Zona Franca.
Los incidentes más violentos se registraron a primera hora de la mañana cuando unos 50 vehículos resultaron dañados, con cristales rotos y ruedas pinchadas, a causa de la acción de los piquetes, según informó TMB. La empresa también aseguró que un conductor resultó herido en la cabeza a causa del impacto de una bola de acero.
Sin embargo, el resultado de la jornada de ayer es muy distinto según las versiones de la empresa y los trabajadores. En un comunicado, TMB afirmó que el bloqueo afectó a 200 autobuses por la mañana y a 160 por la tarde, cifras que representan el 10% del total de vehículos que debían cubrir los servicios mínimos. Por su parte, el dirigente de CC OO en la empresa, Francisco Mena, aseguró que la protesta impidió la salida del 70% de los vehículos.
Salario y jornada
La última reunión mantenida por la dirección de TMB y los representantes de los trabajadores se produjo el pasado martes, aunque no se llegó a ningún acuerdo. Los conductores de autobús reivindican un aumento lineal de 240 euros (40.000 pesetas) en cada una de las 16 pagas y la reducción de la semana laboral a 35 horas. La empresa considera inasumibles estas peticiones y propone, en el marco de un convenio colectivo de larga duración, un incremento salarial inferior a través de vías como un plus de productividad y la reducción paulatina de la jornada laboral.
Ante el cariz que está tomando la huelga, que durará hasta mañana, Ernest Maragall, edil y portavoz del Ayuntamiento de Barcelona, lamentó el endurecimiento de la protesta de los conductores y les instó a reconsiderar su postura. Además, pidió a la policía que se implique 'con mayor eficacia e intensidad' para evitar los problemas de 'orden público' y garantizar los servicios mínimos. Por su parte, la Organización de Consumidores y Usuarios denunció 'el cariz violento que está tomando la huelga' y pidió a quienes 'boicotean los servicios con actitud violenta' que abandonen esta forma de actuar que perjudica a los usarios.
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