Millás considera que 'lo no vivido es tan importante como lo vivido'
'Dos mujeres en Praga' vende más de 100.000 ejemplares en un mes
El escritor Juan José Millás (Valencia, 1946) cree que una buena novela surge cuando se cruzan experiencia vital y oficio. Así ocurrió con Dos mujeres en Praga, una novela sobre la búsqueda de la identidad en que el autor vuelve a jugar con los límites entre lo real y lo imaginado. 'El lector se identifica porque siente que le cuentan algo que no puede verbalizar', dice. 'Lo no vivido es tan importante como lo vivido'.
Dos mujeres en Praga ganó el Premio Primavera de novela 2002, convocado por la editorial Espasa y Ámbito Cultural-El Corte Inglés y dotado con 200.000 euros. En apenas un mes en el mercado, el libro ha conseguido vender más de 100.000 ejemplares con la historia de una mujer madura que entra en contacto con un escritor para que redacte su biografía. Los personajes de un periodista que prepara un reportaje sobre la adopción y una escritora en ciernes que se impone trabajar sólo con el lado izquierdo de su cuerpo cierran el argumento con una serie de cruces disparatados, en los que se mezclan lo real y la fantasía.
'Siempre he jugado a confundir las fronteras entre realidad y ficción', recordaba ayer el autor en la presentación de la novela en Bilbao. Millás defiende que lo no vivido es tan importante como lo que ha ocurrido en la vida de un personaje y que 'la fantasía y la realidad están en el mismo nivel y forman un tejido único'.
De Dos mujeres en Praga se desprende que las vidas se construyen con patrones novelescos, como la protagonista quiere cuando encarga que le escriban su biografía. 'Es una novela de la vida contemporánea. Son personajes que luchan por construir una identidad no alienada'.
Millás también ha llevado a la novela su obsesión sobre el misterio de la autoría de la obra de arte. '¿Hasta que punto somos responsables de los libros que escribimos? Hay autores que no merecen los libros que han escrito; quizá yo mismo', ironizó. Y propone ser caritativo con los plagios realizados por 'gente que se enamora de una obra de arte y la quiere adoptar como propia'. Dos mujeres en Praga dejó satisfecho a su autor. Fue feliz escibiéndola y, cuando la término, supo que había conseguido 'una obra redonda' que marcará su carrera como escritor. 'Es una novela especial que cierra una etapa', aseguró.
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