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Los socialistas giran a la izquierda ante las legislativas

La noche del 21 de abril, al conocerse que era Jean-Marie Le Pen quien pasaba a la segunda vuelta en detrimento de Lionel Jospin, un sindicalista de la CGT resumió así la situación: 'Veinte años de liberalismo, veinte puntos para el Frente Nacional'. En el Partido Socialista (PS) francés la conclusión del sindicalista parece haber sido asumida, pues su nuevo programa para las legislativas del 9 y 16 de junio, porque, pese a asegurar que 'lo hecho durante los últimos cinco años constituye una base fundamental', rompe en parte con la lógica privatizadora iniciada durante el segundo mandato de François Mitterrand. 'Rechazamos la privatización de los servicios públicos', dice taxativamente el nuevo texto, y especifica que 'hay que detener toda nueva desregulación de los servicios públicos, toda apertura a la competencia mientras una directiva europea no defina claramente los servicios de interés general y no se garantice el derecho de cada Estado de mantener el monopolio en ciertos sectores'.

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La lucha por el empleo sigue siendo una prioridad. Se mantiene el objetivo jospiniano de reducir el número de parados en 900.000 en el plazo de cinco años, pero acompañado ahora de medidas de control del mercado de trabajo: sancionar las empresas que recurran de manera abusiva a los contratos temporales; vincular el aumento del salario mínimo al del crecimiento; reducir las tasas patronales sobre el trabajo al tiempo que se aumentan las que gravan el valor añadido y establecer medidas para que 'las empresas que han recibido ayudas públicas y deciden deslocalizar, sean obligadas a devolverlas'.

Lucha contra la exclusión

La ex ministra de Empleo y Solidaridad, Martine Aubry, presentó el programa afirmando que 'no es ni más ni menos de izquierdas que el anterior: es de izquierdas y basta. Trata de ser justo respecto a la situación francesa y las aspiraciones sociales que se han manifestado'. Para Aubry, el PS no supo ver que 'el tejido social se está deshilachando en nuestros barrios, en el campo y en las localidades residenciales', y por eso ahora se da prioridad a 'la lucha contra la exclusión, la precariedad y por el aumento del poder adquisitivo'.

El programa, defendido con entusiasmo por el ala izquierda del PS -Henri Emmanuelli, Marie Noëlle Lienemann, Julian Dray o la propia Aubry- no parece contar con el visto bueno de los dos últimos ministros económicos de los Gobiernos de Jospin: Dominique Strauss Kahn y Laurent Fabius. Al mismo tiempo, el Partido Socialista llegó a un principio de acuerdo con los Verdes, los Radicales de Izquierda y con los comunistas respecto a la conveniencia de presentar un candidato común en unas 100 circunscripciones en las elecciones legislativas de junio.

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