Las mamografías también podrían ser útiles para detectar el riesgo de sufrir un ataque cerebral

Las mujeres en cuyas mamografías se puede apreciar una calcificación en los vasos sanguíneos de las mamas tienen mayor riesgo de padecer un ataque cerebral, de acuerdo con un estudio presentado en una reciente reunión científica de la Asociación Americana del Corazón.

El ictus isquémico, la forma más común de accidente cerebrovascular, se produce cuando un coágulo sanguíneo bloquea el flujo de sangre que suministra parte del cerebro. Lo habitual es que los coágulos bloqueen vasos previamente obstruidos por la arteriosclerosis, la acumulación de grasas, residuos celulares y calcio. Aunque la atención se ha centrado generalmente en la acumulación de grasa, estudios recientes han comenzado a explorar una posible relación entre la cantidad de calcificación y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como el ataque cardiaco y el cerebral.

'Las mujeres con calcificación en los vasos sanguíneos de las mamas experimentan un 54% más de riesgo de padecer un ataque isquémico cerebral en comparación con las mujeres sin calcificación', afirma el investigador Carlos Iribarren, de la sección de investigación del Kaiser Permanente de Oakland (EE UU). En cambio, las mujeres con calcificaciones en los conductos lácteos, un hallazgo que también se descubre durante la mamografía, no presentan un riesgo más elevado de ataque cerebral.

Las 16.305 mujeres estudiadas en este trabajo fueron sometidas a mamografías de control entre 1964 y 1973 en chequeos voluntarios. Luego, se les hizo un seguimiento de su historial sanitario durante 20 años. 'Las mamografías, que son relativamente baratas y en la actualidad se recomiendan periódicamente para las mujeres mayores de 40 años, pueden servir para la detección precoz del riesgo de infarto cerebral entre las mujeres. Pero es demasiado pronto para recomendarlas para este propósito', afirma Iribarren.

'Las mamografías no deberían sustituir a las herramientas convencionales de evaluación del riesgo cardiovascular como las mediciones del colesterol, la presión arterial, la condición de fumador, la actividad física, la dieta o nuevos indicadores sanguíneos, como los niveles de homocisteína o proteína C reactiva', dice.

Sin embargo, añade, es posible que las mamografías se utilicen algún día como añadido a las herramientas de exploración habituales para determinar mejor el riesgo de una mujer.