Andersen da libertad al 70% de sus socios para que dejen la firma
Arthur Andersen ha ultimado acuerdos con alrededor del 70% de sus socios propietarios (partners) en EE UU que les permiten negociar su futuro con otras compañías. La desbandada se produce en vísperas del juicio por obstrucción a la justicia en el caso Enron que hoy comienza en Houston (Tejas) con la selección del jurado que a finales de mes debe decidir sobre la inocencia o culpabilidad de la firma de Chicago.
Andersen se sienta en el banquillo sin nada que perder, con su reputación por los suelos, abandonada por socios y clientes y camino de la desmembramiento en EE UU, siguiendo lo ocurrido en el resto del mundo. Wall Street considera que la fiscalía cuenta con firmes argumentos, una vez que el responsable de la auditoría de Enron, David Duncan, se declarara culpable el mes pasado y decidiera colaborar con la investigación. La autorización para la salida de los socios y el abandono por Paul Volcker de sus planes de salvamento de la firma, indican que la suerte de Andersen está echada.
Andersen auditó durante 16 años a Enron, la compañía energética de Tejas que ascendió hasta el séptimo lugar del ránking empresarial de EE UU antes de declarar el pasado mes de diciembre a la mayor suspensión de pagos de la historia. La auditora había aprobado sistemáticamente las cuentas de fábula de Enron y cuando en octubre se anunció una investigación de la SEC (Comisión del Mercado de Valores) sobre la ya pronunciada crisis de la firma tejana, David Duncan ordenó destruir documentos. El procesamiento por ese presunto delito, anunciado el 14 de marzo, marcó el principio del fin.
Autoinculpación
En un primer momento, Andersen y Duncan presentaron un frente común y hablaron de la eliminación de material como una operación rutinaria hecha en Houston sin mala fe. Pero el mes pasado, Duncan se autoinculpó, declarando que la destrucción de documentos se llevó a cabo 'para impedir que estuvieran disponibles para la SEC y otros'. Esa confesión es el as de la fiscalía, que espera probar la connivencia de altos responsables de la central en Chicago. La defensa, por su parte, va a argumentar que Duncan actuó por cuenta propia.
Medios jurídicos ven sólidos puntos en la acusación, que actúa mientras Andersen es juzgada en Arizona por otra quiebra y cargada con el precedente de auditorías de hinchados beneficios en Waste Management y Sunbeam. Todo depende del veredicto del jurado que hoy se elige en un Houston con miles de damnificados por el caso Enron. En caso de ser consideraba culpable de obstrucción, Andersen tendría que pagar una multa de medio millón de dólares y sería sometida a cinco años de prueba, en los que no podría auditar compañías que cotizan en Bolsa.
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