Marta Muñoz, sevillana DO
- Nashville, Tennessee. Nashville, Tennessee, es la capital del country. Todo el mundo viste country. Ahí están los sellos alfa-omega de música country. Gente de todos los Estados va a esas discográficas vestidos de country, con una maqueta, para triunfar. Nashville, Tennessee, está repleto de carteles de artistas country que promocionan su primer disco. O su segundo disco. O carteles de artistas que van por su decimonono disco country, que sólo conocen en Nashville, Tennessee. Los bares están llenos de personas que hablan con acento del sur. 'What's up honey?'. Aunque no todos hayan nacido en Nashville, Tennessee. Ni siquiera en el Sur. Muchos de los artistas que van allá a vender su moto son chicas. Casi niñas. Van con su madre. Como la Pantoja de la época criptoPantoja. De hecho, Nashville, Tennessee, se parece un poco a Sevilla, esa ciudad repleta de carteles de artistas que sólo conocen en Sevilla, esa ciudad con una iconografía castiza y, posiblemente, con tendencia a la autosuficiencia escénica. Como en Nashville, Tennessse.
'Los catalanes sienten lo mismo en la feria que nosotros en la nuestra: Sevilla'
- El sur y los chupatintas de Washington. En la caseta de la FECAC, según se entra y uno se orienta hacia Pamplona, hay un chiringuito que promociona el turismo en la provincia de Sevilla. Allí hay un señor que escancia manzanilla; otro, familiarizado con las nuevas tecnologías -'si lo imprimiéramos todo, saldría una pila que me llegaría hasta aquí'-, que promociona una web sobre el tema, y dos señoritas vestidas de sevillanas y con sendas bandas de Miss Venezuela en las que se lee: Castellar de la Cuesta. Las señoritas, no obstante, se llaman Mari Carmen Cantos (Barcelona, 1974) y Marta Muñoz (Sevilla, 1982). Mari Carmen nació en Barcelona de padres extremeños y se fue a vivir a Sevilla de pequeñita, porque allí tenía mucha familia. Ha estudiado Pedagogía, ha trabajado en un programa de la Diputación de Sevilla de educación en los barrios y ahora está en el paro. Marta ha estudiado bachilleratro, subespecialización arte, y es fotógrafa en El Patio Sevillano -'un sitio lleno de guiris'- y en los barcos que recorren el Guadalquivir -'también llenos de guiris'-. Posiblemente es fotógrafa en Nashville, Tennessee, vamos. Están repartiendo folletos de su pueblo, que esta mañana estaba a seis kilómetros de Sevilla. Y promocionando las firmas de su pueblo Encarnita López, Yolanda Creación y Paz Maldonado, que diseñan trajes de flamenca country. Unos trajes que, por cierto, si fueran americanos, de Nashville, Tennessee, estarían, guau, prohibidos en Utah y las zonas amish de Pensilvania. 'Para un salón de turismo de Madrid, contrataron a azafatas madrileñas. Pero no era lo mismo. Así que las modistas del pueblo pidieron que a la próxima feria fuéramos chicas del pueblo. Sabemos llevar los diseños y queremos a nuestro pueblo'. Le pregunto cuántos habitantes tiene su pueblo. No lo saben. Se van a mirar un folleto. En el recorrido hasta el folleto, colijo que, no obstante, el sindicato de modistas de su pueblo tenía razón. Bueno, hablamos de la feria. Y la feria de Sevilla, Tennessee.
- Lo 'country'. 'Son distintas'. 'Aquí hay mucho inmigrante, pero no es lo mismo'. 'Estoy más cómoda en Sevilla, donde está mi gente'. 'Si, bueno, allí las casetas son privadas. Puede ser un inconveniente, pero así se conserva el ambiente de intimidad'. 'Aquí me ha sorprendido que hay muchas actuaciones y mucha música en directo. Hay mucho folclore. Allí, no'. 'Los catalanes sienten lo mismo en la feria que nosotros en nuestra feria: Sevilla'. Les comento una conversación que he tenido hace unos minutos con un emigrante andaluz que estaba la mar de contento de que esta feria no se parezca a la de Sevilla. Es decir, de que sea abierta, cutre y democrática. 'Hay gente allí que piensa así, pero es la mínima. Pero en Andalucía sólo se habla de la feria de Sevilla. En mi instituto, hacemos fiesta durante toda la semana de la feria. Y aquí no. Eso demuestra que la feria es lo más importante'.
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