Poner coto a la especulación
Una primera cuestión absolutamente obvia pero frecuentemente olvidada: el territorio está, o estaba, perfectamente ordenado como consecuencia de millones de años de actuación de procesos naturales. Un país dual, con una estrecha llanura litoral apoyada en las montañas. Otra obviedad: una historia de milenios de presencia humana transformando el territorio y configurando paisajes y realidades sociales y culturales. Una fortísima concentración económica y poblacional en la zona litoral. Ordenar el territorio quiere decir, pues, ordenar las actividades humanas en el territorio. Dos maneras de hacerlo.
1: Teniendo en cuenta la historia y realidad naturales y sociales.
2: Trabajando sobre un plano en blanco y considerando el territorio como un bien apropiable o más bien expropiable (LRAU).
La primera opción supone no urbanizar las zonas inundables, el respeto por la biodiversidad (ecosistemas), la consideración a los habitantes del interior, al interés general, a las generaciones futuras... La segunda, sólo es posible desde la ignorancia, es decir, sin tener en cuenta la existencia de huerta, marjales, de realidades sociales.... Es posible desde objetivos de crecimiento económico por encima de todo, de gusto por la estandarización, de indiferencia respecto a si estamos en La Marina, en L'Horta, o en Miami.
¿Cuál es la opción del PP? No cabe ninguna duda. La experiencia de los últimos años, con planes de acción territorial como el Patricova, la catalogación de las zonas húmedas, el abandono del ferrocarril, los parques temáticos... lo dejan bien claro. Como ha escrito Gustau Muñoz, la política territorial actual está 'assentada en un model de turisme extensiu y de boom immobiliari, en la voluntad declarada d'estendre a tot el litoral el model de Benidorm.(...) Ara governa una gent que no s'estima el país, que veu el seu territori com una inmensa oportunitat de negoci'.
Un solo ejemplo, puntual, local, pero ilustrativo de lo que pretenden hacer con el litoral. El presidente Zaplana anunció en Fitur un campo de golf en Benicarló, donde hay planes urbanísticos en marcha sobre unos 6 millones de metros de suelo urbano o urbanizable. Pues bien, el campo de golf se pretende ubicar en suelo no urbanizable que sufrió un incendio forestal hace algo más de un año y sobre un poblado ibero. Casos similares encontramos en Alcalà de Xivert, Cullera, Xeresa, Pego, Dénia, Benissa, Altea...
La anunciadísima ley de Ordenación derogará la superprotectora ley del año 1989, nunca desarrollada y por lo tanto nunca aplicada debido a la gran defensa que del territorio dispone. La nueva ley acelerará estos procesos de 'desordenación del territorio' aunque, eso sí, en la introducción se hablará, con mucho énfasis, de desarrollo sostenible.
Víctor Navarro preside Acció Ecologista-Agró.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.