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Kelme busca socios para afrontar una deuda de 43,5 millones

La firma ilicitana Kelme atraviesa una grave crisis económica por falta de liquidez desde hace dos años. La deuda acumulada, de 43,5 millones de euros, ha llevado a sus propietarios, la familia Quiles, a buscar el apoyo de otras empresas y grupos financieros. Desde principios de año Kelme busca con insistencia un socio comercial, aunque las negociaciones no han fructificado. Una alianza entre la firma ilicitana Yumas y una empresa de venta de artículos deportivos murciana propuso la adquisición del 50% de Kelme, aunque finalmente una auditoría privada desaconsejó la operación.

En última instancia ha intervenido la Generalitat. El Instituto Valenciano de Finanzas tramita un aval de nueve millones de euros para reflotar Kelme. A cambio, aunque la empresa y el Gobierno autonómico no lo confirman, la firma deportiva debe aceptar un plan estratégico que incluye la entrada de un equipo directivo ajeno a la familia Quiles.

La empresa concentra su producción en el extranjero.Precisamente las inversiones realizadas en los últimos años en el exterior, como la puesta en marcha de dos fábricas en las repúblicas ex soviéticas de Bielorrusia y Bashkiria han acrecentado el endeudamiento de la firma. Otra de las razones aducidas por empresarios del sector para explicar la crisis de la firma es el retraso en el cobro a ciertos clientes, debido a la situación económica internacional. Además, la inversión en la nueva planta de Torrellano, de 28.000 metros cuadrados, supuso un gasto de 12 millones de euros. En total, la firma arrastra una deuda de 43,5 millones de euros atribuida a la cuenta de resultados de las cinco empresas que forman el grupo Kelme: Incadesa, Kelme Exportación, Kelme Distribución, Aberdin y Kelme Deportes, esta última inactiva. Sin olvidar el elevado gasto en patrocinios deportivos, que incluye al equipo español más antiguo del pelotón ciclista y las aportaciones al Elche Club de Fútbol y a cincuenta equipos de fútbol base.

Diego Quiles, presidente de Kelme, pidió ayer 'tranquilidad' a sus 120 trabajadores en Elche, que se dedican a tareas técnicas y comerciales, y solicitó un plazo de 3 años para reflotar la firma.

Los sindicatos descartan por ahora un expediente de regulación de empleo.

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