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Los arquitectos postulan una solución híbrida para el Born

Los arquitectos apuestan por la solución de compromiso. Según su nuevo anteproyecto, los restos arqueológicos y la Biblioteca Provincial pueden convivir bajo la cubierta de Fontserè. La solución pasa por edificar perimetralmente, por encima del nivel de calle, y dejar libre la zona central, con los restos a la vista. Dos módulos colgados albergarían salas de lectura. El depósito de libros se instalaría en un solar adyacente, ubicado en la calle Comercial, y los acondicionadores de aire en otro solar de la calle de Fusina. La opción de los arquitectos debe someterse todavía a la consideración de los técnicos de patrimonio, que el lunes decidirán que los restos se conserven in extenso. Luego, los arquitectos tienen que convencer a los técnicos de que su opción es viable. Los políticos tomarán entonces la decisión final.

Según los primeros cálculos de Enric Sòria y Rafael de Cáceres, sumando estos espacios se conseguiría una superficie para la biblioteca de unos 14.000 metros cuadrados -la planta del Born tiene 8.160-, suficientes a su juicio para albergar el equipamiento dejando intacta la totalidad de la excavación o suprimiendo como máximo el 10%. El esbozo de proyecto ha sido presentado ya al concejal de Cultura, Ferran Mascarell, y al director de patrimonio de la Generalitat, Marc Mayer.

La solución apuntada prevé cuatro módulos volados, de dos pisos cada uno de ellos salvo uno, apoyados en las paredes exteriores y en las dos hileras de columnas que sostienen la cubierta. En la cimentación de estos dos elementos se han invertido ya unos 6,5 millones de euros (cerca de 1.100 millones de pesetas). Otros dos módulos, de forma irregular y que respetarían el trazado de los restos subyacentes, aparecen colgados entre las edificaciones laterales (véase cuadro). Los arquitectos declinaron ayer hacer ninguna declaración a este periódico sobre su proyecto, que ha sido valorado por los responsables municipales.

El anteproyecto de Sòria y Cáceres prevé cerrar los laterales y el techo para aislar la biblioteca. De llevarse a cabo, alterará el carácter liviano del edificio de Fontserè, diseñado para mantener umbría la zona y para que en su interior circule el aire: no se olvide que se trataba de un mercado de abastos cuando aún las cámaras frigoríficas no se hallaban extendidas. El Born es un edificio catalogado de interés histórico, que hay que preservar en sus estructuras fundamentales.

El acuerdo para construir la Biblioteca Provincial en el Born se tomó entre las administraciones implicadas en 1997. En aquel momento no hubo contestación a la decisión, seguramente porque tras años y años de espera injustificada para que se construyera este equipamiento nadie quiso poner palos a las ruedas del acuerdo tomado finalmente.

Sin embargo, varios arquitectos consideraron entonces, y siguen pensando ahora, que ese espacio presenta serios inconvenientes para albergar una biblioteca de grandes dimensiones. Opiniones de peso como las de Oriol Bohigas, Juli Capella y Josep Maria Montaner, recogidas en este diario en los pasados días, han argumentado la inviabilidad del proyecto. Al tiempo, cobraba cuerpo una idea de ubicar en el Born una extensión del Museo de Historia de la Ciudad, con una biblioteca de dimensiones reducidas dedicada monográficamente a los estudios de urbanismo histórico. De no llevarse a cabo la proyectada Biblioteca Provincial, el solar, que por convenio pertenece ahora al Ministerio de Educación y Cultura, volvería a ser de titularidad municipal. Ese centro alternativo de estudios correría, pues, a cargo del Ayuntamiento.

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