¿Por qué suben los ultras en Europa?
Tras el 'accidente electoral' del 21 de abril, el debate intelectual y político ha empezado. Para Daniel Cohn-Bendit, antiguo líder estudiantil de Mayo del 68 y actual europarlamentario de Los Verdes, 'el ascenso de la extrema derecha y de la derecha liberal supone un frenazo a la construcción de Europa. La agenda europea y los retos que tenemos por delante no esperan, pero los líderes de los países europeos no contribuyen a que el proyecto constituyente pueda progresar'.
Antes de acudir a la manifestación sindical y política celebrada ayer, Cohn-Bendit mantuvo un debate en un café del bulevar de Saint Germain, con el ministro francés de Sanidad, Bernard Kouchner, y con el español José María Mendiluce, eurodiputado independiente en las listas del PSOE. Mendiluce afirmó que el debate abierto ha de servir para clarificar 'por qué sube tanto la derecha extrema' y hasta qué punto se ha agotado el modelo de la socialdemocracia.
'Se impone la tendencia de nuevas formas de nacionalismo, mezclada con el miedo a la globalización, a los inmigrantes, al 11-S, a Internet o a la clonación de los seres humanos', agregó Mendiluce. Al margen de los errores cometidos por Lionel Jospin durante la campaña, 'la socialdemocracia europea ni siquiera tiene un proyecto común para Europa en estos momentos, y en política interior está atrapada por el pragmatismo político. Necesitamos una gran refundación política, fusionando la ecología política con las corrientes socialdemócratas y lo más valioso que ha quedado de la izquierda comunista'.
El valladar Chirac
A corto plazo, el problema de la democracia francesa es superar la segunda vuelta de las presidenciales, el domingo próximo. ¿Chirac, el valladar de la extrema derecha? Con la única excepción de la trotskista Arlette Laguiller, que insiste en el voto en blanco o el voto nulo, toda la izquierda y la extrema izquierda llaman al voto útil contra Le Pen, que no puede ser otro que depositar en la urna la papeleta del presidente. Un apoyo masivo de la izquierda debería convertir a Chirac en 'un jefe de Estado como la reina de Inglaterra', en expresión del ex ministro socialista Dominique Strauss-Kahn; reconocido por todas las tendencias, pero sin ejercer ningún poder efectivo.
Los planes políticos de Chirac no coinciden, desde luego, con tales propósitos. El filósofo Bernard Henri-Levy también impulsa la estrategia de 'urnas llenas' el domingo que viene, con el argumento, más inmediato, de que 'Le Pen significa más inseguridad, toda la que puede derivarse de un enfrentamiento civil'. Y el diputado socialista Arnaud Montebourg, que llama al voto a favor de Chirac tras haber intentado con ahínco su procesamiento, insiste en la reforma del sistema político: la V República, fundada por el general De Gaulle, 'ya no es más que la República de Weimar, que precipita en la desesperanza a los electores perdidos, rebeldes que votan incluso contra sí mismos'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.