La exposición 'La ciudad y la memoria' recupera el papel de Orduña en la historia del País Vasco
La muestra estará abierta hasta septiembre en la iglesia de Santa María de la Asunción
Orduña es la única ciudad de Vizcaya, una isla en el territorio alavés y enclave imprescindible en las comunicaciones entre la costa cantábrica y la meseta castellana durante siglos. La exposición La ciudad y la memoria recorre la historia de esta localidad y su entorno desde los primeros poblamientos en la Edad de Bronce hasta las últimas aportaciones creativas de cinco artistas vascos. La muestra, que se inaugura el próximo 7 de mayo, víspera de la festividad de la ciudad, se clausurará el 1 de septiembre y estará alojada en la iglesia de Santa María de la Asunción.
Cinco museos, hasta una docena de archivos (incluido el de Simancas), colecciones particulares... Los responsables de la exposición y una veintena de especialistas de La ciudad y la memoria han rastreado durante año y medio toda la documentación posible para ofrecer al visitante un recorrido exhaustivo por la ciudad de Orduña.
Situada entre los valles alaveses de Arrastaria y Aiara, limitando al Sur con la comarca burgalesa de Losa, Orduña es un referente imprescindible en la historia del País Vasco. Enclave estratégico privilegiado en las rutas comerciales y sede de la aduana, las murallas y torres de Orduña fueron testigos del paso de incontables mercancías, de la misma manera que albergaron litigios y batallas.
El producto de todo esta historia es un patrimonio riquísimo, como refleja La ciudad y la memoria. Distribuida en dos grandes apartados, la exposición recorre el poblamiento del valle, por un lado, y las aportaciones de arte sacro, por otro.
El recorrido vital por Orduña tiene su comienzo simbólico en una colección de fósiles. A partir de aquí, se ofrecen piezas desde la Edad de Bronce, procedentes de la excavación de las Campas de la Choza o los restos de la presencia romana del yacimiento de Aloria. En este caso, se juega con un audiovisula con secuencias de infografía que recoge la evolución de un poblamiento que comienza en la Edad de Hierro y termina en la Edad Media.
Lo interesante de esta exposición está en la exhibición de piezas que raramente se han mostrado al público. Ahí está, por ejemplo, El viejo requeté de Ignacio Zuloaga, que pertenece a una colección privada; como el óleo La iglesia de la Asunción de Orduña, obra de principios del siglo XX del pintor inglés William Alison Martin, que se encontró en un barco llamado Orduña, testigo de las relaciones comerciales con Inglaterra.
Del Archivo de Simancas procede la Carta de Privilegio rodado, firmada por los Reyes Católicos en 1481. Este documento de la más alta estadía oficial contrasta con la Kutxa de Ruzabal, el arca que custodia el archivo de esta junta administrativa que no se puede abrir si no están presentes los cuatro alcaldes pedáneos de la junta, que curiosamente es otra isla vizcaína, pero en territorio burgalés.
Otra de las joyas de la exposición es el Tríptico Flamenco del Maestro de Frankfurt, del Santuario de la Antigua, que sólo se había presentado al público en una ocasión anterior.
La exposición se completa con el recorrido por la ciudad. 'Nuestro interés es que el visitante conozca también uno de los cascos históricos mejor conservados del Pais Vasco, tanto en el aspecto monumental como en el de su trama urbanística', explicó ayer en la presentación de la muestra la comisaria Marisa Bergón.
Forman parte de este itineario las prospecciones arqueológicas en la muralla medieval de la ciudad, asó como los restos de la fortaleza de San Martín. Otros hitos importantes son el Palacio Mimenza (1529), todavía habitado, o la casa Consistorial. Y no puede faltar el edificio de la Aduana , levantado en el más puro estilo neoclásico por Carlos III, o el Santuario de Nuestra Señora de la Antigua, concluido en 1782.
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