Zoido indaga en las 'venturas y desventuras de la copla andaluza'
El ensayista Antonio Zoido ha indagado en la historia de la copla andaluza en su último libro. El dorado zumo de la pena, que lleva como subtítulo Venturas y desventuras de la copla andaluza, ha sido publicado por la Fundación El Monte. 'He comenzado el libro a partir de un interrogante: los rasgos singulares de Andalucía siempre tienen al principio una nube. No se sabe de dónde vienen. No se sabe quién es su padre ni quién es su madre. Hasta hace poco tiempo siempre habían sido fenómenos crecidos al margen de los estudios universitarios', explica Zoido.
'¿Por qué desde los años finales del setecientos, la mayoría de las mujeres y de los hombres que pisaron tablas escénicas para cantar canciones populares -o aparentemente populares- y para interpretar papeles bufos en obras menores fueron andaluces o aparentaban serlo? ¿Por qué, luego -cien años más tarde- todo eso -las canciones, sus asuntos y sus intérpretes- se convirtió en un estereotipo de Andalucía, y de España, que fue aplaudido por la mitad de la población y rechazado por la otra mitad?', se pregunta Zoido.
La respuesta está en el siglo XVIII. El ensayista considera 'una grave deficiencia' de España 'la debilidad del Siglo de las Luces'. En la historia española hay una 'grandeza de los siglos de Oro' que contrasta con 'la debilísima implantación de las ideas ilustradas'. Prueba de esta circunstancia es que la época ilustrada 'acabó en el absolutismo de Fernando VII'. Sin embargo, recalca Zoido, 'en esa época tan contradictoria comienzan a cristalizar los rasgos que Andalucía proyecta al mundo'.
Una historia diferente
Y es que, como señala el ensayista, 'Andalucía tiene una historia diferente a partir del siglo XVIII'. 'Por eso Andalucía crea productos diferentes', agrega. Zoido espiga una serie de hechos que establecieron la diferencia de Andalucía respecto al resto de España. 'Pablo de Olavide instala en Sevilla la primera escuela de actores de España. Estos actores son rechazados en Madrid porque hablan mal el castellano', dice el ensayista. El destino de los rechazados será 'cantar y contar chistes'. 'Lo mismo pasa con la corrida de toros moderna. La mayoría de los diestros de entonces son andaluces', asevera Zoido.
Dentro de todo este proceso que tiene su punto de partida en el siglo XVIII la copla -rasgo andaluz por excelencia- tendrá un lugar fundamental. 'Salvo en raras excepciones, a poco que hojeemos libros o revistas con sólo 50 años de antigüedad y hasta con bastante menos, observaremos que, continuamente, se vertieron juicios peyorativos o, al menos, desdeñosos hacia la copla, considerándola un subgénero o infragénero al que no se debía prestar atención desde cualquier instancia académica o, simplemente, culta', relata Zoido.
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