'Regeneración y reforma' retrata en Bilbao la España de comienzos del siglo XX

Obras de arte, documentos originales, fotografías, audiovisuales y objetos tan diversos como botellines de anís utilizados como propaganda electoral o el despacho al completo de Antonio Maura ilustran en la exposición Regeneración y reforma: España a comienzos del siglo XX los cambios sufridos en la sociedad española en el proceso de modernización abierto tras la crisis de 1898. La muestra se inauguró ayer en la sala de la Fundación BBVA (San Nicolás, 4), de Bilbao.

La catedrática de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales, Mercedes Cabrera, comisaria de la exposición junto al profesor Javier Moreno, explicó ayer que frente a la imagen de 'época inmóvil' que tradicionalmente se ha asociado a las primeras décadas del siglo XX y al 'pesimismo' que trasmitieron los intelectuales, la sociedad, la economía y la política españolas tuvieron 'dinamismo y complejidad'.

Regeneración y reforma revisa los procesos de modernización que se abrieron tras el Desastre del 98 y llega hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914. Cabrera destacó el dinamismo económico generado por la pérdida de las colonias -del que se beneficiaron especialmente algunas regiones, como la comarca de la Ría del Nervión- el inicio de una política de masas frente a la de notables del siglo XIX y las reformas impulsadas por los partidos del régimen, conservadores y liberales.

La revisión de los cambios sociales de la España de comienzos del siglo XX ha sido estructurada en la exposición en cinco apartados: el nacimiento de los intelectuales, los cambios económicos y las fuerzas sociales, los conservadores y la revolución desde arriba, el nuevo liberalismo y la política de masas. La exposición muestra a los protagonistas de la época, sus ideas, los medios que utilizaron para expresarlas y los escenarios en los que se movieron.

En Regeneración y reforma tienen cabida desde las obras de arte de los nombres españoles más significativos de la entrada en el siglo XX (Zuloaga, Sorolla, Regoyos, Arteta, Benlliure, Querol, entre otros) a fotografías, caricaturas, dibujos, documentos originales, libros y cartas. Pero son los numerosos y diversos objetos incluidos en la exposición, sobre todo, los que acercan la exposición al espectador. En las vitrinas se muestran colecciones de monedas, banderas, pertenencias personales, como las características gafas redondas de Unamuno o el uniforme oficial de ministro, y también otras piezas inclasificables, como los restos de la bomba con la que el anarquista Mateo Morral atentó contra el cortejo de la boda de Alfonso XIII.

La muestra comienza con los materiales que reflejan la entrada de los intelectuales 'como actores de la vida política', en palabras de Moreno. Cuatro grupos están representados: la Institución Libre de Enseñanza, la Generación del 98, los regeneracionistas y la generación de 1914.

Las pinturas de Adolfo Guiard y Aurelio Arteta, entre otros, son el reflejo artístico de la modernización de la minería, el nacimiento de la siderurgia, los astilleros y el negocio bancario, y en paralelo, el movimiento obrero. La exposición coloca en paredes enfrentadas las visiones de la renovación que propugnaban conservadores y liberales, con especial atención a las figuras de sus líderes, Antonio Maura y José Canalejas, respectivamente.

El último bloque de la exposición está dedicado a los nuevos partidos que nacieron vinculados a una política de masas: republicanos, socialistas, catalanistas y nacionalistas vascos.

Regeneración y reforma: España a comienzos del siglo XX, organizada por la Fundación BBVA y el Ministerio de Educación y Cultura, cierra un ciclo de exposiciones dedicadas a analizar la historia de España en el período que se extiende desde mediados del XIX al inicio de la Primera Guerra Mundial. El programa comenzó en 1997 con Cánovas y la Restauración y continuó con Sagasta y el liberalismo. La tercera exposición estará abierta al público en la sala de San Nicolás hasta el 2 de junio. En los tres meses que estuvo expuesta en Madrid, fue visitada por 25.000 personas.