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Empresa puntera busca palacete

La vía más lujosa de Sevilla acoge las sedes de grandes compañías y modernos edificios de oficinas

La avenida de La Palmera fue siempre, en el siglo XX, la lujosa entrada a Sevilla desde Cádiz. Flanqueada por esbeltas palmeras, en sus riberas se alzaban palacetes de ricas familias burguesas y aristocráticas, y su acomodada tranquilidad sólo se rompía en domingos alternos, cuando la afición del Betis acudía a su estadio, llenando de bullicio las aceras. En los últimos años, ese panorama ha cambiado sustancialmente. Importantes empresas e instituciones públicas han elegido el paseo para plantar sus sedes y dotar a su vida cotidiana del ajetreo propio de una zona de negocios, como la madrileña avenida de La Castellana o la barcelonesa Diagonal.

El delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, Rafael Carmona, lo entiende como una 'transformación lógica provocada por el paso del tiempo'. 'Es normal que en las grandes avenidas, como ésta o La Castellana, los palacetes familiares cedan su sitio a oficinas de bancos o empresas, que buscan lugares representativos en las ciudades. Las economías familiares no pueden dejar pasar la oportunidad de una buena oferta económica'.

'El precio del suelo no lo marca el uso, terciario o residencial, sino la ubicación y la demanda'

El coste del suelo no se ha encarecido especialmente con la llegada de los nuevos vecinos: siempre fue la zona más lujosa de la capital andaluza, pero sus usos han variado, y mucho. 'En este caso, el precio no lo marca el uso, terciario o residencial, sino la ubicación del suelo y la demanda', afirma Carmona.

Con todo, a pesar del tráfico que soporta, de la concentración de edificios de oficinas, sedes públicas o centros docentes, y de la proximidad de la ciudad sanitaria Virgen del Rocío, la avenida sigue conservando el atractivo de paseo peatonal de que fue dotada con la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929.

De aquel entonces procede su configuración actual, en la que destacan sus amplias aceras de albero, la frondosa vegetación de sus palmeras y el recientemente inaugurado carril-bici. En su acera derecha se ubicaron varios de los pabellones de países hispanoamericanos, de los que los más destacados fueron el de Cuba, un precioso palacete colonial convertido hoy en sede de la delegación provincial de la Consejería de Gobernación, y el de la República Dominicana, ocupado hoy por el Ministerio de Fomento.

Durante gran parte del pasado siglo, con una mayoría de grandes casas particulares convivieron el instituto Herrera, el convento y colegio de las Adoratrices, una iglesia y varios colegios mayores y residencias de estudiantes.

Ahora, en los últimos 20 años, han crecido a la sombra de sus palmeras tres modernos edificios de oficinas -el de La Caixa, el de Wintherthur y el del BBVA- más un cuarto en construcción, y la vanguardista silueta del nuevo estadio del Betis, aún a medio hacer por las interminables disputas de su presidente, Manuel Ruiz de Lopera, con las instituciones públicas.

Tras la aprobación en 1994 del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Sevilla, que incluye en su ámbito la acera izquierda de la avenida, en la que se sitúan los tres modernos bloques de oficinas ya en pie, cambió la dinámica de ocupación de la zona. Los últimos vecinos en llegar adquieren antiguas casonas y, manteniendo su aspecto exterior, las acondicionan como modernas sedes en su interior. Así, la consultora Accenture, Banesto, las constructoras Prasa y Expo An o la clínica Baviera ocupan palacetes restaurados.

Un caso peculiar es el de la casa Sundheim, un gran edificio residencial de estilo Tudor construido entre 1914 y 1916. Destinada por la Junta en 1992 a ser residencia oficial del presidente del Gobierno autonómico, Manuel Chaves llegó a habitarla pero la polémica política que se originó provocó que el dirigente abandonara el edificio. Finalmente, su destino fue acoger la Consejería de Medio Ambiente. En el jardín de la finca se construyó recientemente un moderno edificio administrativo, que ahora convive con el palacete.

En la actualidad se construyen dos nuevos proyectos inmobiliarios para oficinas de lujo. El que recibe el nombre de Solurban se sitúa en la acera derecha, fuera de los planes de protección municipal. Será un edificio inteligente, de 3.500 metros cuadrados, y que se vende al precio de 3.516 euros (585.000 pesetas) cada metro cuadrado. En la acera contraria, los responsables de Palmera Centro han optado por el otro modelo de desarrollo urbanístico, la rehabilitación de dos grandes casonas conocidas como Villa Enrique. Allí se construyen, y ya se venden, otros 3.500 metros cuadrados de oficinas, que varían el precio de venta según la localización en la finca, entre 2.855 y 3.905 euros (475.000 y 650.000 pesetas) por metro cuadrado.

En 1914, el escritor sevillano Manuel Chaves Nogales definió a la avenida, en su libro La Ciudad, con palabras que ahora, casi un siglo después, le son perfectamente aplicables: 'Oriéntase esta avenida, cada vez más firmemente, hacia el lujo cosmopolita de las grandes vías, pero siempre al compás con la evolución de la ciudad, y sin desprenderse de los preciosos sedimentos que la vida propia le ha ido dejando'.

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