El lado oscuro del paraíso
En la obra de Luis Antonio de Villena se expresa la evolución de parte de los poetas que se dieron a conocer bajo la impronta culturalista de finales de los sesenta y que, en las décadas siguientes, vivieron un proceso de adaptación a los presupuestos de humanización de las generaciones que les sucedieron. Del radicalculturalismo atemperado por los ecos cavafianos de sus primeros libros, Villena ha evolucionado hacia un realismo teñido por cierta propensión al malditismo y a los mundos condenados a la trastienda por la cultura dominante (incluida la homosexualidad). Ahora, como prolongación de ese viaje realiza un ejercicio de memoria en el que confluyen la añoranza por el mundo perdido y por el paso del tiempo con la conciencia retrospectiva de la culpa, de la condena, de la humillación, de la oscuridad vividas en la infancia. Las herejías privadas es un libro intimista pero no ensimismado. En la indagación en las zonas oscuras del pasado no es difícil reconocer la geografía sentimental de la generación que vive la infancia en los años cincuenta y la adolescencia en la década siguiente. En la evocación de la vida colegial, de los juegos, de los veranos rurales, de la muerte del padre, de los abuelos y sus secretos, del cine y sus mitos hay, también, mucho de vida colectiva. No sería descabellado hablar, a ese respecto, de intimidad participada, de un intimismo en el que alienta no sólo la memoria de un niño de clase media condenado a la soledad que conlleva ser un extraño en un mundo heterosexual (el 'niño negro'), sino también el trasfondo gris, triste, sin horizontes, del imaginario que, en la vida cotidiana de la mayoría de la sociedad, ofrecía una dictadura sometida a los tentáculos culturales de una religión intolerante: 'miedo. Siempre, sin excepción, he tenido miedo').
LAS HEREJÍAS PRIVADAS
Luis Antonio de Villena Tusquets. Barcelona, 2001 90 páginas. 9 euros
Villena incorpora a su imaginario lírico, desde una poética que no desdeña la narratividad, temas que forman parte de la tradición de la poesía contemporánea española que se escribió a partir de la posguerra: la poesía autobiográfica, una opción que encuentra en la memoria la matriz esencial del poema y que tiene fuertes anclajes en ciertas zonas de la generación del 36 (Rosales sobre todo), en algunos autores del grupo Cántico, en la generación del medio siglo (Gil de Biedma, Sahagún, Barral) y en algunos poetas laterales (Diego Jesús Jiménez, Luis Feria, Vicente Núñez) y que se recupera en la poesía más humanizada de las generaciones últimas. En este retorno a sus orígenes vitales, Villena da un paso más en el alejamiento de la estética de sus orígenes. Y acentúa los rasgos más realistas de su poesía, asumiendo la vertiente costumbrista de buena parte de sus evocaciones: '¿Qué quedó de mí allí, en aquellas escenas ahora / inevitablemente costumbristas?', se pregunta.
Libro de interés. Entre otras razones porque nos sitúa ante el resultado de una larga reconsideración, iniciada a mediados de los ochenta, acerca del papel de la poesía en relación con la realidad, con la memoria y (quizá menos) con la capacidad meditativa del lenguaje.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.