Oposición y ecologistas dicen que el recorte de la lista de zonas húmedas responde a presiones urbanísticas

Tanto la oposición como los grupos ecologistas han criticado el recorte en superficie de muchos de los enclaves incluidos en el último Catálogo de Zonas Húmedas frente al presentado por el consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, en junio de 2000. Recorte que responde, a su juicio, a las presiones que han realizado los municipios y las constructoras para reducir la superficie de los espacios a proteger en las zonas costeras. Así, según publicó ayer este diario, los marjales litorales han sufrido un recorte total de 255 hectáreas y los ambientes fluviales costeros otras 62. El PSPV, por medio de su portavoz en materia ambiental, Francesc Signes, criticó que 'el retraso de casi dos años en aprobar el catálogo desde que Modrego presentó el último proyecto ha supuesto un aviso a los urbanizadores para que se movilicen'. Según Signes, ese aviso se ha plasmado en 'una reacción de los ayuntamientos' y en importantes recortes en zonas húmedas del litoral. Proceso a su juicio similar al que produjo el anuncio hace tres años del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, de una moratoria urbanística en el litoral hasta que no se aprobara la ley de ordenación del territorio. Aviso que disparó la ejecución de planes urbanísticos y de las recalificaciones de suelo no urbanizable a urbanizable. El PSPV también criticó que haya humedales no incluidos en el catálogo y exigió un decreto que suponga una moratoria urbana en la costa.

Contencioso

Mientras, Ecologistas en Acción anunció que presentará un recurso contencioso-administrativo contra el catálogo una vez que esté aprobado para que se incluyan todos los humedales valencianos. Su portavoz, Carlos Arribas, critica que sólo se hayan añadido tres enclaves de los 26 que solicitaron incorporar en sus alegaciones, persistiendo notables ausencias, como la laguna de San Mateo, la albufera de Oropesa o la Marjalería de Castellón.

Acció Ecologista Agró también considera que la última revisión del catálogo ha supuesto una concesión a los intereses urbanos: 'Aunque se ha ampliado en tres enclaves se han reducido muchas hectáreas'. Y exige hacer un auténtico inventario de humedales y no sólo una selección.