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Transportes sustituirá los trenes antiguos de la línea 5

Actualmente circulan, entre Aluche y Canillejas, 15 convoyes con más de 20 años

Antonio Jiménez Barca

En la línea 5, o línea verde, la que une Aluche con Canillejas, circulan diariamente 15 convoyes de metro con más de 20 años. Son trenes rojos, del llamado modelo 1000, muy criticados por los viajeros por su incomodidad y antigüedad. La Consejería de Transportes asegura que los usuarios de esta línea (una de las más importantes de Madrid, ya que atraviesa la capital de este a oeste) verán en septiembre desaparecer estos vagones de los años setenta. Serán sustituidos por los que ahora circulan por la línea 10, azules y mucho más modernos.

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El consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes y vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Luis Eduardo Cortés, del PP, es consciente de que los vagones de la línea 5 se han quedado anticuados. Pero no comparte las críticas de los usuarios, que acusan a la Comunidad de haber abandonado esta línea en beneficio de otras que han sido ampliadas: como la 7, que va desde Las Musas a Pitis, o la 9, de Herrera Oria a Arganda.

En esta última, por ejemplo, circulan unos trenes modernos, de menos de dos años y mucho más amplios. 'Se nos puede acusar de todo menos de no ocuparnos del metro', asegura Cortés. 'Lo que pasa es que no hay recursos para todo. A lo largo de esta legislatura, la Comunidad se gastará cerca de 420 millones de euros en renovar la flota. Pero hay que ir paso a paso. A la línea 5 le llegará este año la renovación. Y si no le ha llegado antes es porque no se ha podido'. De todas formas, el consejero asegura que la antigüedad de los vagones 'no ha influido ni en la velocidad ni en la frecuencia de los viajes'.

Por la línea 5 circulan diariamente 28 convoyes: 15 antiguos (modelo 1.000) y 13 más modernos (siete del modelo 300, azul, y seis del modelo 2000, también de color azul, pero de líneas más aerodinámicas). A partir de septiembre, todos serán de los modelos 2000 y 7000, de los más avanzados tecnológicamente con que cuenta la red metropolitana.

El modelo 2000, según especifica la Consejería de Transportes, dispone de 'aire acondicionado, megafonía interior, modernos teleindicadores que informan de la parada que se recorre y de la dirección de la línea, y sistemas de conducción y circulación más seguros'.

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Además, este modelo incorpora un sistema de rodadura más silencioso que el viejo 1000, que chirría mucho cuando frena. El modelo 2000 también está mejor iluminado que el 1000, que con frecuencia se queda a oscuras.

El modelo 7000 tiene una longitud de '100 metros y una capacidad de 1.300 personas por tren'. La Consejería de Transportes añade que estos convoyes 'incorporan novedosos sistemas de videoentretenimiento [monitores de televisión que por un sistema de circuito cerrado emiten noticias sin sonido], videovigilancia, caja negra, accesos para personas con movilidad reducida, sistemas antiincendios'. Este modelo también lleva un sistema denominado antiempotramiento, destinado a minimizar los posibles accidentes. La renovación de los trenes no será la única medida para mejorar la línea 5, que transportó en 2001 65 millones de viajeros. También se están rehabilitando los andenes y los vestíbulos.

Pasillo fantasmal

Hace unos años se renovó el pasillo casi fantasmal del trasbordo de Diego de León, el más largo de la línea. El año pasado se mejoraron (poniendo nuevos paneles en las paredes, sustituyendo los bancos por otros más modernos y modificando los letreros informativos) las estaciones de Ciudad Lineal, Pueblo Nuevo, Chueca, Gran Vía, Callao (sólo el vestíbulo), Latina, Marqués de Vadillo y Vista Alegre. Este año les tocará el turno a Ventas, Núñez de Balboa, Rubén Darío, Ópera y Oporto. En total, 13 estaciones de las 26 con que cuenta la línea.

Diversas asociaciones de vecinos también han protestado por la tardanza de la Comunidad de Madrid en llevar el metro hasta su barrio. Son los residentes de La Elipa, Pinar del Rey, Carabanchel Alto o la Alameda de Osuna, que han visto cómo las ampliaciones sucesivas del suburbano les dejaban de lado. Cortés replica que el metro 'no puede llegar a todos los lados a la vez'. 'Es como si a un trabajador su jefe le exige que lleve a cabo todas las labores al mismo tiempo y en todos los sitios. No podría, se negaría. Pues igual pasa aquí', explica.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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