García Sánchez recupera el cine de sainete en 'La marcha verde'

El cineasta José Luis García Sánchez hace un juego de palabras en el título de su última película, La marcha verde, que hace referencia, según dice, 'al movimiento promovido por Hassan II en Marruecos en 1975, y la marcha de unas señoras que lo que hacían era verde y marchoso'. Una combinación de política internacional y de la 'verdulería muslar' de unas artistas de revista, encabezadas por la estrella Gloria del Toro (Fedra Lorente), que aparecen por sorpresa en un cuartel español en el Sáhara, para levantar el ánimo de la tropa, al mando de un coronel monárquico (Álvaro de Luna). El largometraje fue presentado ayer en Madrid y se estrenará el 26 de abril.

A los autores del guión, García Sánchez y Rafael Azcona, les duele la desmemoria y se han propuesto recuperar momentos de la historia reciente española con 'un cine cachondo, descarado y saludable', señala el primero. 'De alguna manera, esta película es consecuencia ideológica de Torrente', afirma el director, que valora en el cine de Santiago Segura 'la visión autocrítica y ácida de la vida'.

'El cine no está para analizar problemas. Su territorio es el sentimental', piensa el realizador. Por ello ha querido que La marcha verde no se convirtiese en un documental: 'Nos conformamos con recordar una villanía que hizo el Estado español'. Para él se trata de un musical 'con todas las de la ley' en el que algunos de los actores -Pedro Miguel Martínez, Fedra Lorente o Teté Delgado- cantan. En el reparto de este largometraje coral están también la ex televisiva Inma del Moral, Pepón Nieto y Antonio Gamero, entre otros.

Azcona y García Sánchez preparan un segundo capítulo de lo que llaman 'episodios populares', con el día del 23-F como escenario. 'Trascurre en un pueblo y tiene mucho que ver con la zarzuela', adelanta el director. Irónico, amenazó, entre risas, con rodar una película de unos socialistas encarcelados, y otra en la que Aznar sería parte de un futbolín.