Berlusconi negociará con los sindicatos la reforma laboral

El éxito de la huelga general convocada el martes por las tres grandes confederaciones sindicales italianas ha dado nuevos argumentos a los sectores del Gobierno de centroderecha, partidarios de una línea suave en las relaciones con los representantes obreros. El Ejecutivo estudiará el viernes la fórmula adecuada para conseguir romper la dinámica perversa que ha impedido hasta ahora el menor avance en la negociación con los sindicatos.

El Ejecutivo se propone convocar a las partes sociales dentro de 10 días y presentarse a la cita, según la prensa italiana, con un paquete de reformas en las que la modificación del artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, que tantos quebraderos de cabeza ha dado ya, quedaría relegada al último lugar. Sería ésta la propuesta del vicepresidente del Gobierno, Gianfranco Fini, y de los sectores centristas del Ejecutivo. De esta forma, opinan los defensores de esta estrategia, el Gobierno podría sentarse a discutir con los sindicatos sin necesidad de plegarse a las exigencias de CGIL, CSIL y UIL de 'retirar el artículo 18' de la mesa negociadora pero, al mismo tiempo, éste dejaría de ser un obstáculo.

La mayor parte de los medios de comunicación italianos resaltaron ayer el éxito de la primera huelga general que se convoca en Italia en los últimos 20 años, aunque los medios próximos al centro-derecha, como Il Giornale, propiedad de Paolo Berlusconi, hermano del primer ministro, Silvio Berlusconi, subrayan el hecho de que no todo el país paró. El Gobierno no dio datos concretos del seguimiento del paro en la Administración o en los servicios, mientras Confindustria situó la participación de los trabajadores entre el 50% y el 60%. La cifra total de trabajadores que se adhirieron al paro fue calculada por el sindicato socialista UIL en 13 millones. Más tarde, los tres sindicatos precisaron que se sumó a la huelga la práctica totalidad de sus 11 millones de afiliados, casi la mitad de los cuales son jubilados.