54 supervivientes en el accidente de un avión chino en Corea del Sur

'Una enorme explosión me despertó, y me encontré colgado de un árbol', dijo Suh Jin-shik, uno de los 54 supervivientes de la catástrofe aérea ocurrida en la madrugada de ayer cerca de la ciudad surcoreana de Busan. El avión, un Boeing 767-200 de la compañía nacional china que realizaba un vuelo de Pekín a Busan, se estrelló, al parecer, debido a las malas condiciones atmosféricas, después de haber recibido ya la autorización para aterrizar en el aeropuerto de Guimhae, a las afueras de Busan.

En el avión viajaban 155 pasajeros, la mayoría de ellos surcoreanos, y 11 miembros de la tripulación. Algunos de los supervivientes aseguran que antes de que el aparato se estrellase contra una colina en medio de una densa niebla y fuerte lluvia, se escuchó una fuerte explosión, por lo que tampoco se descarta la posibilidad de un atentado.

El Gobierno chino ha nombrado una comisión de 60 especialistas que ha viajado a la zona del siniestro para investigar las causas de la tragedia. Ya se ha recuperado la caja negra del aparato, que desde el domingo sustituía al Boeing-300 que habitualmente cubría la ruta entre Pekín y Busan, una ciudad situada al sur del país.

El avión quedó partido en tres trozos. Otra explosión, esta vez después de haber impactado con la colina, esparció restos del aparato y de las personas que iban a bordo por un radio de 300 metros.

Los supervivientes, algunos de ellos en estado crítico, están siendo atendidos en diversos hospitales de Busan y de la ciudad vecina de Kimhae. La persistente lluvia de ayer dificultó las tareas de rescate de los cadáveres.

Fuentes oficiales informaron de que el avión había recibido autorización para aterrizar, pero se le pidió que cambiara el rumbo debido al vendaval. En ese viraje, supuestamente se produjo el accidente.