20 cámaras de vídeo vigilarán el túnel de María de Molina
El subterráneo estará listo dentro de un año
El túnel de María de Molina, que unirá a partir de la primavera de 2003 el paseo de la Castellana con la N-II, será el primer subterráneo de la capital con un circuito de televisión cerrado de vigilancia. Veinte cámaras fijas controlarán lo que ocurra en el túnel, que, con 2.271 metros, es el más largo de España dentro de un núcleo urbano. El Ayuntamiento prevé que por él pasarán al día 30.000 vehículos. IU y PSOE están en contra de esta obra.
El túnel de María de Molina, que empezó a construirse en octubre del año pasado, ha supuesto el mayor desembolso que ha hecho el gobierno municipal, del PP, en un paso subterráneo: 42,8 millones de euros. Este macrosubterráneo, con más de dos kilómetros de longitud, permitirá llegar desde la carretera de A Coruña (N-VI) a la de Barcelona (N-II) y a todos los municipios del Corredor del Henares sin pasar por el centro de la ciudad. Cientos de obreros trabajan en turnos de ocho horas -que cubren las 24 horas del día- para que el túnel esté en funcionamiento dentro de los plazos previstos: la primavera del año que viene.
Para controlar el futuro funcionamiento del paso, la Concejalía de Obras ha programado un sistema de vigilancia que, según el director de servicios de obras, Fernando Catalá, 'es el más moderno de España'. Este sistema incluye un circuito cerrado con 20 videocámaras fijas, que serán las primeras que el Ayuntamiento instale en un túnel. Las imágenes que tomen estas cámaras irán al Centro de Control y Gestión de Túneles, que empezará a funcionar previsiblemente a finales de año y donde llegará toda la información de los 47 subterráneos que hay en la capital y de los seis que hay en construcción.
'En el Centro de Control se recibirán las imágenes y se las comparará con las que se graben una milésima de segundo después. Si son diferentes saltará la alarma y la señal se enviará, entre otros, a los bomberos, a la Policía Municipal y al Samur', explica Catalá. Además, desde este centro se podrá manejar a distancia las instalaciones de los túneles (ventilación, iluminación, etcétera).
El Ayuntamiento instalará progresivamente este sistema de vigilancia televisiva en el resto de subterráneos que hay en la capital o que están en construcción, y que tienen más de 400 metros de longitud: Santa María de la Cabeza, Pío XII, Sinesio Delgado, Costa Rica, Cristo Rey y Ríos Rosas.
'Ajeno a la convivencia'
Justo Calcerrada, concejal de IU, considera que la construcción del túnel de María de Molina está 'orientada a un modelo de ciudad ajeno a la convivencia ciudadana'. 'Estoy de acuerdo con las medidas de seguridad que tendrá el túnel. Me parecen un mal menor para una obra que, desde Izquierda Unida, rechazamos por completo', afirma el edil. Para Calcerrada, el problema del tráfico en la capital 'no se soluciona con más túneles, sino que lo que hay que hacer es potenciar el transporte público'.
Eugenio Morales, concejal socialista, coincide con Calcerrada en que las medidas de seguridad del túnel 'son las correctas'. 'Lo que espero es que con esta vigilancia terminen de una vez los incidentes que ocurren en los subterráneos de la capital', advirtió. El PSOE también está en contra de la construcción de este túnel porque considera que está diseñado específicamente para favorecer el tráfico privado. 'Ese subterráneo equivale a facilitar la conexión más directa entre la carretera de A Coruña y la de Barcelona, lo que supone introducir en el centro de la ciudad gran parte del tráfico que circula ahora por la M-30 y M-40', asegura el socialista Morales.
Arcén de emergencias
Además del sistema de vigilancia por televisión, el túnel de María de Molina tendrá otras medidas de seguridad. Por si alguno de los coches que circulen por los dos carriles que tendrá el subterráneo sufre una avería, habrá un arcen de 2,70 metros para emergencias. 'Por si alguno cae en la tentación de adelantar por este tercer carril, el Ayuntamiento colocará unos bolardos disuasorios', avisa el director de servicios de obras. A cada lado de los carriles -serán dos y medirán 3,40 metros- habrá aceras de medio metro de longitud.
El paso contará con nueve salidas de emergencia para peatones por si se produce un incendio. La distancia entre estas salidas, siguiendo la normativa internacional, no superará los 300 metros.
La vigilancia del túnel de María de Molina se completa con un sistema de ventilación que, en casos de emergencia, actuará hacia el punto donde se produzca el incendio. El sistema pondrá en marcha los ventiladores conforme a una programación predeterminada: aportando aire fresco o extrayendo aire viciado y humos. Además, el subterráneo tendrá medidores de contaminación.
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