Color y ritmo de salsa en Puerto Rico
La isla caribeña une su clima tropical aun destacable legado histórico
En 1898, tristemente legendario, las tropas de Estados Unidos ocuparon Puerto Rico, entrando por Cayo Aurora, en el sur, uno de los lugares más hermosos de la isla, cercano hoy a la isla de Guiligan y a la playa de la Parguera.
Sin embargo, y a pesar de su situación de colonia norteamericana durante varias décadas y de estado libre asociado de Estados Unidos en la actualidad, la isla y sus habitantes permanecieron prendidos de la lengua y las costumbres de sus antiguos patrones españoles, que no siempre, desde luego, se habían portado bien con ellos. Una gran parte del alma puertorriqueña quedó anclada en sus barrios coloniales, en sus haciendas plataneras y cafetaleras, que regentaron, en otro tiempo, los Fernández de Santander o los Serrallés de Gerona; en su Universidad, en la que enseñaron Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Francisco Ayala; en su orquesta nacional, que fundó Pau Casals.
Los vestigios españoles están por todas partes. Comienzan en el viejo San Juan, una pequeña península de la capital de la isla, que presiden en su entrada y salida las estatuas de los marinos Ponce de León y Cristóbal Colón. El primero, nacido en la ciudad palentina de Santervás de Campo, domina la plaza de San José con la blanca iglesia colonial del mismo nombre a sus espaldas; el segundo está justo en el centro de la plaza de Colón, una amplia explanada bordeada por interesantes edificios, como el viejo casino de San Juan y el teatro Tapia y Rivera.
Pero la mayoría de los visitantes de la isla no buscan ese hermoso pasado de piedras nobles, sino las playas y el sol eterno. Ya lo decía Pedro Salinas: 'Puerto Rico invariablemente hermoso. Increíble la fidelidad de este clima a sus hermosuras. Ni sombra de frío, sol, luz constante, verdor de todo'. Y, sin embargo, no es sólo el clima lo que atrae, sino el hecho de que en las ciudades la oferta típica de playas e historia se complete con una gama de hoteles de primera, restaurantes de toda clase y condición, lugares nocturnos, salas de cine, teatros y una considerable oferta cultural de museos, audiciones de música clásica y moderna, particularmente de salsa. En la costa se practica golf, surf y buceo; el alquiler de automóviles es sencillo, y la gasolina, muy barata.
El aroma de sol y mar tiene en Puerto Rico, la Borinquen de los indios caribes, un importante añadido cultural y gastronómico con sus bosques y parques naturales, su cadena de paradores en viejas estancias cafetaleras y el tipismo del pasado colonial.
UNA PLAYA
Waterfront
Al norte de la isla, al oeste de San Juan y alrededor de la ciudad de Arecibo hay una serie de playas importantes, de las cuales El Sardinero y Waterfront (El Malecón), son las principales. Un paseo por la segunda permite disfrutar de un entorno natural impresionante. En la primera se practica el buceo de superficie. Muy cerca están las cuevas de Camuy, que encierran el segundo río subterráneo más largo del mundo.
UN MONUMENTO
Castillo Serrallés, en Ponce
Fue construido por la poderosa familia de industriales del ron Serrallés, oriundos de Gerona, en la década de los treinta. La última gran personalidad de la familia fue Juan Eugenio Serrallés Pérez, que mandó levantar, en 1934, un edificio en lo alto de una colina que domina Ponce, la segunda ciudad de la isla. La residencia es un asombroso caserón de estilo mudéjar, con dos torres y dos terrazas y con un hermoso juego de fuentes. El interior, generoso en azulejos, vitrales y techos tallados, tiene incluso un patio con fuente al estilo andaluz.
UN PASEO COLONIAL
El viejo San Juan
Con las fachadas de sus casas pintadas de colores vivos, su irregular empedrado de adoquines azulados, su aroma a vieja ciudad de aventureros españoles, el viejo San Juan constituye un conjunto colonial extraordinario. La calle del Cristo, que va desde la plaza de San José a la capilla del Cristo, es una especie de columna vertebral del barrio que enmarcan unas viejas murallas y el triángulo de sus tres castillos. No hay que perderse la catedral, de 1521, la Fortaleza o residencia del gobernador, ni el paisaje humano y arquitectónico.
UNA ESCAPADA
Isla de Culebras
Una indescriptible avioneta de hélice da el salto a Culebras, donde aún existen playas salvajes y encantadores chiringuitos a la orilla del mar. La ciudad de Fajardo es el lugar para llegar hasta ese destino. En Fajardo se puede uno permitir un descanso para probar sus mariscos y tomar después un barco o una avioneta. Tanto Vieques como Culebras, antiguos refugios de piratas, merecen la pena. Las playas Navío, Media Luna y Sombé, de Vieques, y Zoni y Flamenco, de Culebras, son interminables extensiones de arena blanca y fina, con el siempre sugerente telón de fondo de manglares y palmeras por las que es difícil que alguien pase en horas. El buceo es otro de sus atractivos, con fondos coralinos y mucha luz hasta bastantes metros en sus aguas claras.
UNA EXPERIENCIA
Aguas fosforescentes
En una noche de luna bañarse en Bahía Mosquito, en Vieques, o en la Parguera, al sur, queda en el recuerdo: millones de seres fluorescentes iluminan el cuerpo de los bañistas en movimiento. En ambos lugares el agua está repleta de unos microorganismos que resplandecen al ser agitados.
ESCUCHAR Y BAILAR SALSA
Congreso Bacardí de la salsa
Es una curiosa iniciativa que participa del espectáculo y de la enseñanza con la salsa como único motivo. Patrocinado por la empresa Bacardí, dura más o menos cinco días del mes de julio. Durante el día, además de las clases, hay mesas redondas, conferencias e intercambios culturales en torno al tema de la salsa. Aparecen viejas melodías, letras olvidadas, pasos de danza tal como lo hicieron los clásicos, viejos discos de pasta y vinilo donde se grabaron los primeros mambos y cintas grabadas que traen nostalgias de maestros desaparecidos hace ya tiempo. Por las noches, comienza la fiesta. Primero, la actuación, para el público, de los maestros, Después, se generaliza: todo el mundo interviene.
GUÍA PRÁCTICA
- Población: Puerto Rico tiene unos 3,6 millones de habitantes. Prefijo telefónico: 001 787.
- Iberia (902 400 500) vuela directo
a San Juan (Puerto Rico) desde Madrid, hasta el 18 de junio. 790,08 euros.
- American Airlines (902 11 55 70), a San Juan (con escala en Miami), desde 764 euros más tasas.
- Air Europa (902 401 501), a San Juan, desde Madrid y Barcelona (escala en Nueva York), desde 764, más tasas.
- Haciendas Gripiñas (828 17 17) y Juanita (838 25 50). Dos haciendas cafeteras convertidas en paradores. La de Juanita se encuentra en el pueblo de Maricao y Gripiñas, en Jayuya. Habitación doble, 142 y 158 euros, respectivamente; ambas incluyen cena y desayuno para dos.
- Hotel Westin Río Mar Beach (888 60 00). Al noroeste de la isla. De lujo. Dos campos de golf de campeonato (36 hoyos), 13 canchas de tenis, playa y 11 restaurantes. La doble, unos 480 euros (acceso a las instalaciones deportivas aparte).
- Copamarina Beach (821 05 05). Un precioso hotel situado al sur, cerca de Guánica, de la playa de la Parguera y de cayo Aurora. Playa propia. Cocina extraordinaria. La doble, desde 187,50.
- La Hostería del Mar (727 33 02). Calle Tapia, 1. San Juan. Discreto, buena cocina y preciosas habitaciones que dan al mar. La doble, entre 85,22 y 272,72 euros.
- Compostela (724 60 88). 106, Condado Avenue. San Juan. Exquisiteces, como ensalada de angulas. Cocina española. 70 euros.
- Ájili Mójili (725 91 95). 1.052, avenida Ashford. San Juan. Cocina caribeña. Mofongo (plátano machacado con marisco o carne), asopao o arroz caldoso de gambas... Unos 50 euros.
- Información turística (721 24 00 y http://welcome.topuertorico.org).
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