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THE WASHINGTON POST | REVISTA DE PRENSA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La gran mentira de Wall St.

Uno de los muchos tentáculos del escándalo Enron tiene atrapados a los analistas bursátiles, que recomendaban comprar acciones de la compañía hasta poco antes de que se volatilizara. Cualquier persona familiarizada con la manera de trabajar de los grandes bancos de inversión puede sospechar la causa de aquella locura: los analistas bursátiles tienden al optimismo porque está mejor pagado. Aunque su trabajo consiste en aconsejar a los inversores sobre qué valores comprar, de hecho también aconsejan a las empresas que quieren colocar acciones. (...)

La completa extensión de la corrupción en Wall Street parece confirmarse con las revelaciones sobre Merrill Lynch, (...) tras conocerse unos correos electrónicos que circulaban entre los analistas de la compañía que sugieren que éstos mantenían dudas, de forma privada, sobre acciones que recomendaban públicamente a sus clientes. Acciones que tenían la recomendación de 'comprar' se describían internamente como 'basura'. Una analista, Kirsten Campbell, escribió a sus colegas (...) que '(...) eso de que somos independientes de los bancos es una gran mentira'. (...)

Reguladores y legisladores han propuesto algunos remedios (...), pero los inversores deben hacerse importantes preguntas. Puesto que los analistas de Wall Street conviven en las mismas entidades que colocan valores, siempre puede surgir el conflicto. ¿Por qué pagar por sus servicios? ¿Por qué no buscar consejo en empresas de investigación de mercado que no tengan conexiones con ningún banco de inversión?

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Washington, 11 de abril

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