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Todas las farmacias recogen medicinas no utilizadas y sus envases para su reciclaje o eliminación

Naiara Galarraga Gortázar

Las 802 farmacias que existen en Euskadi tienen desde el pasado día 1 un contenedor específico donde depositar aquel colirio comprado para aliviar la súbita irritación en un ojo que permanece olvidado en un armario del cuarto de baño o aquellas pastillas para frenar una agresiva diarrea que ya han caducado. Estos contenedores son para los medicamentos que no se usan, los caducados y sus envases. El propósito de esta recogida es, por un lado, reciclar los envases y, por el otro, eliminar los medicamentos que la ciudadanía tiene en su casa y ya no utiliza. Porque éstos no deben ir al resto de los contenedores de recogida selectiva.

Depositarlos en la farmacia es uno de esos 'actos sencillos' mediante los cuales, según recalcó ayer el consejero de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, 'se puede trabajar en favor de la protección del medio ambiente y la sostenibilidad'. Intxaurraga explicó en la presentación de estos contenedores que los medicamentos, y sus respectivos envases, que se ponen en circulación en el País Vasco cada año pesan en torno a 1.500 toneladas. Otros productos sanitarios como termómetros, prótesis, agujas, objetos cortantes o restos de cremas de belleza no deben ser depositados en estos recipientes.

La iniciativa es fruto de un acuerdo entre la industria farmacéutica, los distribuidores de medicamentos y las farmacias. Euskadi se suma ahora a ella, pero los contenedores ya se han ido instalando progresivamente en Galicia, la Comunidad Valenciana, Asturias, Extremadura, Cataluña, La Rioja y Andalucía Oriental. A finales de mes será el turno de la Comunidad de Madrid. La implantación será gradual en el resto de España.

El denominado Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases del sector farmacéutico (Sigre) -una entidad sin ánimo de lucro- fue presentado en Bilbao por el consejero, el director general de este sistema, Juan Carlos Mampaso, y los presidentes de los colegios de farmacéuticos vascos. La recogida y el reciclaje de los envases la financian las industrias farmacéuticas en proporción a los medicamentos que venden, explicó Mampaso.

Tanto él como Intxaurraga recordaron que este sistema es consecuencia de una directiva europea que obliga a quien fabrica envases a responsabilizarse de su reciclaje, y de la resolución de la OMS que prohibió las iniciativas de recoger medicamentos no utilizados en los países ricos para enviarlos a países pobres.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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